MADRID. - La productora Mediapro, propietaria de la mayoría de los derechos del fútbol profesional español y accionista de La Sexta, considera roto su pacto con Sogecable anunciado en julio pasado y por el cual se integraba en Audiovisual Sport con una participación del 25%.
Mediapro estima que dicho acuerdo quedó anulado el pasado 30 de octubre debido a que existía una cláusula que obligaba a comprobar antes de esa fecha que los cambios en la propiedad de Audiovisual Sport no generarían problemas de competencia.
«Mediapro no está ni estará en ese pacto», señaló una fuente conocedora de los acuerdos que se mostró sorprendida por la publicación, ayer, de un dictamen del Servicio de Defensa de la Competencia (SDC) que considera que el acuerdo de julio de 2006 dejaría a Sogecable, filial de Prisa, en una situación de monopolio en el mercado de los derechos del fútbol.
El pacto anunciado a bombo y platillo por Sogecable señalaba que Mediapro se integraba en Audiovisual Sport con sus derechos del fútbol profesional a cambio del 20% que tenía Televisión de Cataluña (TV3). La filial de Prisa retenía para sí el 80% de la empresa. Meses después se supo que el acuerdo incluía otro 5% que Sogecable (que se quedaría en el 75%) cedería a Mediapro a cambio de una reforma estatutaria que le daría el control de la sociedad. Dicha modificación consistía en rebajar del 85% al 75% el porcentaje de control de Audiovisual Sport para tomar las decisiones clave.
El 4 de octubre, Sogecable informó al servicio de Defensa de la Competencia, que depende del Ministerio de Economía, de la «adquisición del control exclusivo de Audiovisual Sport». Esta presentación dio origen al dictamen antes citado, que remite la operación al Tribunal de Defensa de la Competencia que tiene hasta el próximo mes de marzo para pronunciarse.
Hasta entonces, Economía ha decidido no levantar la suspensión de la ejecución de dicho acuerdo entre ambas empresas, pese a la petición realizada en este sentido por Sogecable.
Según informó ayer Europa Press, el informe remitido al Tribunal de Defensa de la Competencia por el SDC explica que el resultado de la petición de Sogecable entrañaría «la adquisición en exclusiva del negocio de explotación de los torneos» y, por lo tanto, «un refuerzo de su posición en el mercado de reventa de derechos, con un impacto relevante en la situación de la competencia». Es en el mercado de pago en el que el SDC aprecia los mayores obstáculos a la competencia, ya que en el mercado de abonados y en el de pago por visión la posición de Sogecable ronda el 80-90% del mercado español.
Fuentes de Mediapro mostraron anoche su sorpresa por que este procedimiento siguiera adelante. «Nosotros consideramos que todo concluyó el 30 de octubre al no formalizarse la operación por las trabas legales y de competencia que existían», añadieron. Los abogados de la productora están preparando ahora un escrito para informar puntualmente al Ministerio de Economía de todo lo sucedido.
La historia de los derechos de retransmisión de los partidos de fútbol de la Liga y la Copa del Rey se ha complicado lo indecible en los últimos meses con la aparición de Mediapro. Y es que la productora ha pujado y comprado los derechos de equipos como el Barcelona, Real Madrid, Sevilla, Athletic de Bilbao y Zaragoza, aprovechando que la cesión de derechos de algunos de estos clubes a Sogecable expiraban en 2005-2006.
Audiovisual Sport se creó tras el llamado Pacto de Nochebuena de 1996 (entre Antonio Asensio y Jesús de Polanco), y su accionariado estaba en manos de Antena 3 (40%), Sogecable (40%) y Televisión de Cataluña (20%). Telefónica adquirió la parte de Antena 3 un año más tarde y en 2002, la fusión de Vía Digital (Telefónica) y Sogecable colocó el 80% del accionariado en manos de esta última.
En junio de 2006, Mediapro adquirió los derechos del F. C. Barcelona por 1.000 millones de euros y por siete temporadas (2008-2013), hasta ese momento en manos de TV3. Justo después llegan los acuerdos con el Zaragoza, el Racing de Santander, el Athletic de Bilbao y el Sevilla. En noviembre, compró los derechos del Real Madrid por 1.100 millones de euros durante siete temporadas, estableciendo un nuevo récord.