LONDRES. - John Haynes, escritor sin ningún historial de galardones literarios importantes, derrotó la noche del pasado martes al Nobel de Literatura Seamus Heaney al ganar el premio de poesía Costa (antes llamado Whitbread).
Con su obra titulada Letters to Patience (Cartas a la paciencia), John Haynes se impuso con claridad al favorito, que presentaba su poemario District and Circle, muy elogiado, sin embargo, por la crítica, y se embolsó los casi 7.500 euros con que está dotado el galardón. Haynes invirtió 13 años en la obra ahora premiada.
John Haynes puede aspirar a partir de ahora junto a los ganadores en las otras categorías a otro premio aún más sustancioso, el que Costa concede al libro del año, y que está dotado con una cantidad 10 veces superior.
John Haynes, hijo de unos animadores turísticos, lleva 40 años escribiendo, pero sus obras sólo han sido publicadas en dos colecciones de poesía. Ha trabajado durante toda su vida como profesor en una universidad de Nigeria, ya que su esposa es nacional de dicho país. «Ha sido maravilloso ganar este premio», dijo ayer Haynes. «La verdad es que me sorprendió muchísimo. El galardón significará que cientos de personas leerán mi libro».
William Boyd, que logró hace 25 años el premio Whitbread a una primera novela por A Good Man in Africa, recibió esta vez el destinado a la mejor novela del año por Restless.
Uno de los logros más sorprendentes desde el punto de vista literario es el de la joven escritora Stef Penney, distinguida con el premio a la primera novela por un relato en torno a un asesinato en las nieves de Canadá, país que, sin embargo, nunca ha pisado.
Stef Penney se documentó para su novela, titulada en inglés The Tenderness of Wolves, en la British Library (Biblioteca Británica), la misma institución londinense en cuya sala de lectura Carlos Marx escribió su obra cumbre, El Capital.
La novela, cuya acción se desarrolla en 1867 en un lugar apartado de Hudson Bay, es sin embargo tan rica en detalles que los editores canadienses del libro no podían creerse que la autora jamás hubiese puesto el pie en aquellas tierras.
Penney, nacida en Edimburgo hace 37 años y que actualmente reside en Londres, comenzó a sufrir agorafobia (miedo a los espacios abiertos) al terminar la universidad y durante 15 años no fue capaz de volar ni de viajar siquiera en tren, aunque actualmente está curada.
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