C. E. C. / J. A.
MADRID.-
Hay jugadores a los que se les ha enseñado el camino de la puerta. Pero en medio del caos que sacude al Real Madrid, hay otros que quieren marcharse sin que nadie les empuje. Roberto Carlos es uno de ellos. A lo largo de los últimos días ha callado y observado. Y no le gusta lo que está viendo. Otros compañeros le secundan, pero no tienen en su mano la posibilidad de dar un portazo. La indignación por las acusaciones que filtra el club y que hablan de jugadores borrachos en los entrenamientos y de continuas juergas nocturnas ha creado un clima de solidaridad entre algunos miembros de la plantilla que piensan que se ha puesto en marcha el ventilador para salpicar a todos.
Roberto Carlos ha dicho basta. Su relación con los rectores del club se ha deteriorado mucho y su intención es abandonar el Madrid en el mes de junio. Sin más tardanza. Sí, hace escasas semanas llegó a un acuerdo con Ramón Calderón para su renovación. Su actual contrato finalizaba en 2007 y pactó una temporada más, hasta 2008 y una opción para 2009.
Es más, Roberto Carlos consiguió a última hora que se le retirara una cláusula por la que sólo obtendría la renovación automática si jugaba un total de 35 partidos. Todos estaban de acuerdo, las cantidades pactadas en torno a los cinco millones de euros por campaña y la posibilidad de que el lateral abandonara la casa blanca y la práctica del fútbol con 36 años.
Sin embargo, la firma de ese acuerdo no se ha producido hasta ahora. El documento existe, pero falta la rúbrica. Y Roberto Carlos ya no tiene ganas de nuevos conflictos y acusaciones. Sus actuales intenciones pasan por no coger pluma y bolígrafo, esperar a junio y largarse. Tiene una gran oferta del Fenerbahce por tres años, con cantidades superiores y, lo que es más importante, no se siente cómodo en el clima inquisitorial que se cierne sobre el vestuario y algunos de sus compañeros y que incluye la investigación de sus vidas nocturnas.
Precisamente, su compatriota Robinho fue uno de los acusados de esas supuestas juergas nocturnas. Capello incidió ayer en la herida al comentar que había tenido que hablar tres veces con el ex futbolista del Santos durante la pasada semana. Se supone que no lo hizo para felicitarle las navidades.
En medio de la tormenta, sigue la cadena de lesionados. Marcelo, que debutó contra el Deportivo en Riazor, sufre un esguince de tobillo y permanecerá seis semanas de baja. El descontento Roberto Carlos tendrá que seguir jugando. Guti también sufre un esguince. Es menos grave, pero ya es seguro que no podrá estar el domingo frente al Zaragoza y tampoco en el partido de vuelta copero contra el Betis. Quizás pueda volver el día 21 contra el Mallorca. Gago puede tener opciones de jugar en ese puesto, aunque hoy formará pareja en el eje con Diarra.
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