La tensión política por la hipotética participación de Batasuna en la manifestación convocada por el lehendakari en Bilbao creció ayer varios enteros después de que tanto el PSE de Patxi López como el PNV de Josu Jon Imaz se manifestaran abiertamente contra la presencia en la cita de la izquierda abertzale.
Las dos formaciones dejaron claro que no desean compartir el escenario público con aquellos que no han condenado el atentado de Barajas, que costó la vida a dos jóvenes ecuatorianos, pese a las reuniones que en los últimos meses han sentado en la misma mesa a algunos de sus representantes con los dirigentes de la formación ilegalizada y que, en el caso del PSE, han tenido lugar, incluso, después del atentado.
Cuando hace unos días el parlamentario del PP Carlos Urquijo advirtió de que la convocatoria del lehendakari podría ser secundada por ETA y Batasuna, su reflexión no mereció atención. Para añadir más incertidumbre a la situación, Arnaldo Otegi no aclaró cuál será la decisión de la formación ilegalizada y dejó abierta la puerta a la presencia en la marcha de sus representantes.
Imaz se mostró contundente en la Cadena Ser y aseguró que las instituciones y los partidos «deberían tomar medidas para evitar que Batasuna participara en la manifestación», y consideró un sarcasmo que la formación ilegalizada tratara de sumarse sin condenar el atentado.
«O Batasuna condena el atentado o su presencia en las calles de Bilbao sería un sarcasmo. No deberíamos admitirlo nunca. Las instituciones y los partidos políticos con responsabilidad en este asunto deberíamos evitarlo», aseguró.
El presidente del PNV, que ya trató de evitar la convocatoria de la manifestación por parte del lehendakari, explicó que tanto Gesto por la Paz como Lokarri y Elkarbide, un grupo de profesores universitarios favorables al proceso, tenían previsto convocar sendas manifestaciones y justificó la decisión final de Ibarretxe.
Imaz señaló que el lema Por la paz y el diálogo supone una condena clara a la banda terrorista y reivindica la palabra frente a la violencia y el terrorismo. «En esta manifestación sólo podemos estar los que rechazamos a ETA», afirmó.
«Una de las diferencias fundamentales entre la situación de Irlanda y Euskadi es que Batasuna no tiene autonomía política, como sí tuvo el Sinn Fein, que respondió al atentado de Omagh de forma contundente. Y si Batasuna no es interlocutor, los demás no tenemos bases para trabajar con ellos», subrayó Imaz.
Por su parte, el secretario general del PSE, Patxi López, anunció unas horas antes que su partido no participará en la marcha si se suma la formación ilegalizada.
«No vamos a compartir una manifestación contra el terrorismo con quien no ha condenado el atentado, con quien se ha plegado a los dictados de la banda y ha dinamitado las bases imprescindibles para el diálogo», aseguró el secretario general del PSE. López arrojó la pelota al tejado del PNV y del lehendakari. «Nadie debería ser tan ambiguo como Ibarretxe como para permitir que la izquierda abertzale esté en una manifestación contra el terrorismo», aseguró.
El líder de los socialistas vascos insistió en que la manifestación debe convertirse en un gesto de unidad de las formaciones políticas democráticas tras el atentado y el comunicado de ETA, que consideró «una broma de mal gusto».
El coordinador de la Ejecutiva del PSE, Rodolfo Ares, se mostró convencido en una rueda de prensa de que «otros partidos tendrán la misma actitud del PSE y la misma dificultad para compartir calle y manifestación» con Batasuna.
Ares destacó, además, que el hecho de que la izquierda abertzale «se esté repensando» su participación en la marcha evidencia «hasta qué punto el lema no sólo era equivocado y ambiguo, sino que demuestra la equivocación del lehendakari al proponerlo». «Nosotros queremos estar al lado de los demócratas, con los que rechazan la violencia, con los que quieren pedirle a ETA que nos deje en paz definitivamente», señaló.
Las reflexiones de López y Ares fueron contestadas con contundencia por el coordinador general de Ezker Batua, Javier Madrazo, que consideró «hipócrita» el planteamiento de los socialistas, una posición no muy alejada de la defendida por el presidente del PNV, socio de EB en el Gobierno vasco. Madrazo destacó que el PSE «lleva reuniéndose cuatro años con Batasuna, muchas veces con ETA y lo ha hecho cuando ha habido robo de armas, kale borroka o violencia».