Entre 20 y 25 terroristas. Ésas son las estimaciones de los servicios policiales sobre el número de activistas con los que actualmente cuenta la organización terrorista para reanudar su carrera de violencia.
Estas estimaciones policiales son previas al atentado perpetrado por los terroristas en el aeropuerto de Barajas el pasado 30 de diciembre, en el que murieron dos ciudadanos ecuatorianos.
Según explicaron a este periódico fuentes de la lucha antiterrorista, las informaciones recopiladas en Francia por los especialistas en ETA apuntaban a que la dirección disponía de ese número de etarras para el momento en que decidiera poner fin al alto el fuego. Los especialistas no señalaban expresamente que hubiera indicios claros de que se iban a reanudar las actuaciones violentes, pero sí tenían muy precisa la cifra de pistoleros que ETA podría activar en España si retomaba la senda de la violencia. En el momento en que los especialistas apuntaron su teoría, estos activistas estaban en Francia. Y estos datos fueron trasladados a Madrid a primeros de diciembre.
Estas fuentes consideran que la estructura militar etarra dispone al menos de cuatro grupos operativos. Los terroristas, prácticamente todos legales (no fichados por la Policía) estarían divididos en estos cuatro comandos de los que tres tendrían su futuro ámbito de actuación en el País Vasco y Navarra. El cuarto sería un nuevo comando itinerante de ETA.
Estas fuentes sospechan que los integrantes de este último grupo pudieron ser los autores materiales del atentado de la Terminal 4 de Barajas.
Dentro de este pequeño núcleo duro de terroristas estarían también los integrantes del comando que perpetró el robo de las 350 pistolas y miles de balas la víspera de que se debatiera en Estrasburgo una moción de respaldo al diálogo con ETA.
Los especialistas apuntan a que el aparato dirigido por Txeroki dispone de un grupo de alto nivel, un comando terrorista mucho más preparado que el resto y que actuaría directamente a las órdenes del responsable del aparato militar, sin necesidad de intermediarios; se le considera el grupo de elite del propio Txeroki.
Ninguno de los expertos sobre ETA tiene dudas de que, pese al último comunicado, la decisión de los responsables terroristas es continuar con la escalada de violencia iniciada tras el atentado del 30 de diciembre pasado. De hecho, algunas fuentes sostienen que los explosivos localizados por la Ertzaintza en Achondo iban a ser utilizados por alguno de los comandos etarras en otras acciones en el País Vasco.
Los analistas policiales sospechan que ETA volverá a atentar en breve y que lo justificará por la presión policial y judicial que se sigue contra la organización terrorista. Así, consideran una provocación las últimas detenciones realizadas por la Policía en Francia, ya que en su comunicado asegura que mantiene su alto el fuego.
En el marco de este análisis, los servicios policiales advierten de que se tienen que extremar todas las medidas de seguridad en lo que policialmente se sostiene que es un posible atentado terrorista. Los escoltas de personalidades han extremado su trabajo y la protección de centros neurálgicos se ha reforzado.
De hecho, según explicaron estas mismas fuentes, tras el atentado de Barajas los responsables policiales elevaron el nivel antiterrorista en España. Antes del 30 de diciembre, el nivel de alarma estaba situado en la letra C, el más bajo. El día 30, la alarma se elevó a la B. Según explicaron fuentes policiales, en el actual estado de alarma, el control sobre centros neurálgicos, entre ellos el aeropuerto de Madrid-Barajas, hubiera sido mucho más férreo.
Estos expertos mostraron su sorpresa de que en el periodo navideño, época habitual de alarmas antiterroristas, no se estuviera en el nivel B de alerta. Recuerdan, incluso, que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció en Navidades de su primer año de legislatura, en una rueda de prensa, que se había decretado el nivel de máxima alerta antiterrorista. En esas fechas, el riesgo de actuaciones por parte de islamistas radicales es mucho mayor, siempre según esos especialistas.