BILBAO.-
El comando etarra que ha quedado desarticulado con la captura en Francia de Asier Larrinaga y Garikoitz Etxeberria y la huida de los otros dos supuestos integrantes del grupo, Aritz Arginzoniz Zubiaurre y Saioa Sánchez Iturregui, estuvo actuando meses antes de la tregua en Vizcaya, donde cometió varios atentados.
Entre éstos se encuentra la colocación de bombas en las instalaciones de Correos en Etxebarri, el 1 de febrero de 2006, y en la empresa Barrenechea y Goiri, de Bilbao, el 22 del mismo mes. En Etxebarri, una bomba que tenía entre 10 y 15 kilos de cloratita estalló en el edificio central de Correos, provocando importantes daños materiales. Una hora antes, una mujer llamó a la DYA comunicando la existencia del artefacto, aunque sin precisar a qué hora estallaría. La bomba, además, tenía un cartel con el texto «peligro bomba».
Unos días más tarde, un artefacto colocado en una mochila hizo explosión en unas escaleras interiores de la empresa Barrenechea y Goiri, en el polígono bilbaíno de Bolueta, después de que un comunicante hubiera anunciado en nombre de ETA la existencia del mismo. La Ertzaintza desalojó la empresa antes de que estallara el artefacto sobre el que se había colocado el cartel de «peligro bomba». El explosivo estaba compuesto por entre cinco y siete kilos de amonal.
Durante el pasado año, en los meses previos a la tregua, hubo seis atentados en Vizcaya cuya autoría todavía no está esclarecida.
En relación con Larrinaga, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz solicitó ayer informes a la Policía para conocer si participó en el atentado perpetrado por la banda terrorista ETA en la Terminal 4 del aeropuerto madrileño de Barajas el pasado 30 de diciembre, según fuentes jurídicas.
Precisamente, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, desveló ayer que existe algún «indicio», relacionado con «los móviles», que permite vincular a Larrinaga y a Etxeberria con el atentado. Reconoció que los «datos» publicados por EL MUNDO sobre esta posibilidad «son ciertos».
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