Once peregrinos chiíes fueron asesinados ayer cuando volvían de La Meca después de que atacaran el autobús en el que viajaban, en el suroeste de Bagdad, en la frontera entre la provincia chiíes de Kerbala y la de Al-Anbar.
«Han sido atacados por hombres armados y enmascarados, que iban a bordo de tres coches. Éstos hicieron parar el autobús y luego abrieron fuego sobre los pasajeros», señaló el gobernador de Kerbala, Akil al Khazali, quien informó de que, además de los 11 fallecidos, 14 personas se encuentran heridas de gravedad.
También, otro grupo de peregrinos fue atacado por los mismos agresores. Según explicó Khazali la televisión pública iraquí, muchos de ellos fueron asesinados y después quemados. Sin embargo, Khazali no dio ningún balance sobre el número de personas fallecidas en este segundo ataque.
Además, otras siete personas perecieron ayer en distintos ataques en Bagdad, que se suman a los 60 cadáveres descubiertos en la pasada jornada en la capital iraquí, según Afp.
En este clima de absoluta violencia, el presidente iraquí, Yalal Talabani, aseguró ayer que «debería retrasarse» la ejecución de los dos colaboradores de Sadam condenados a muerte en la horca y cuya ejecución estaba prevista para los próximos días, informa Efe. «Por principio, soy contrario a la pena de muerte; no tengo idea de cuándo Barzán y Al Bandar serán ejecutados, pero en mi opinión debería retrasarse», dijo Talabani en una rueda de prensa en la ciudad de Suleimaniya, junto al embajador saliente de EEUU Zalmay Khalilzad.
Los dos condenados son el hermanastro de Sadam, Barzán Ibrahim al Tikriti, ex jefe de los servicios de espionaje, y el antiguo jefe del Tribunal Revolucionario que juzgó y condenó a la pena capital a 148 chiíes en Duyail por su implicación en un atentado fallido contra Sadam Husein. Ambos fueron condenados a la horca el 5 de noviembre junto con el propio Sadam, pero sólo este último ha sido ejecutado, en un polémico ajusticiamiento celebrado en Bagdad el 30 de diciembre.
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