A Cindy Sheehan, de Estados Unidos, católica protestante, y Zohra Zewawi, musulmana, de Dubai, las une el sufrimiento que han padecido como madres en los últimos años. El hijo soldado de la activista Cindy Sheehan murió a los 24 años en Irak en 2002. El hijo de Zhora Zewawi, que fue secuestrado en 2003 en Pakistán y vendido por 5.000 dólares a tropas del Ejército estadounidense como supuesto terrorista, permanece detenido en la prisión de la base naval de Guantánamo.
Ambas madres, junto a unos cuantos pacifistas estadounidenses, se van a congregar hoy jueves en Guantánamo, justo en el límite de la zona fronteriza cubana con el enclave militar norteamericano, para demandar el cierre de la prisión que fue abierta el 11 de enero del año 2002.
En esta base naval norteamericana, de 117 kilómetros cuadrados, situada al este de la isla, continúan apresados unos 400 hombres bajo sospecha de tener vínculos con la red terrorista Al Qaeda o con la milicia religiosa talibán. Ninguno de ellos ha sido llevado a juicio.
«Estoy profundamente avergonzada de mi Gobierno», declaró Sheehan, también conocida como madre de la paz, antes de la protesta. «Las imágenes transmitidas desde Guantánamo son horribles, me solidarizo con las madres como Zohra, ahora entiendo por qué ella está tan preocupada», agregó la estadounidense.
La ex coronel del Ejército estadounidense Ann Wright, que también iba a participar en la manifestación, declaró previamente que «sólo el 5 % de los prisioneros de la base de Guantánamo fueron capturados por tropas estadounidenses. El resto fueron comprados en diversos países. Estoy horrorizada con lo que está haciendo Estados Unidos en otras partes del mundo». La ex coronel Wright trabajó 16 años en el servicio diplomático de su país.
Para Asif Iqbal, un británico de 25 años de origen paquistaní, la experiencia de volver a mirar el árido paisaje de la base naval de Guantánamo le revuelve el dolor que guarda en su memoria. Cuando tenía 20 años, viajó con dos amigos a Pakistán para ver a sus padres. Allí fue arrestado en plena calle y remitido a la prisión de Guantánamo sin juicio ni cargos formales.
Asif ha contado a la prensa cómo fue interrogado y torturado junto a dos amigos durante meses en Guantánamo hasta que todos confesaron haber asistido a una reunión de Al Qaeda en la que nunca estuvieron. Posteriormente, el Gobierno británico demostró que Asif nunca estuvo en la supuesta reunión de terroristas, pues en esas fechas se encontraba en Inglaterra.
«Aunque fui liberado hace dos años, no hay día en que no lleve Guantánamo conmigo, por eso he venido a exigir el cierre de la prisión», contó Asif, cuya dramática experiencia sirvió de argumento para la película Road to Guantanamo. La activista Cindy Sheehan, afamada por sus protestas públicas contra la guerra en Irak, explicó que el movimiento pacifista en Estados Unidos no sólo busca el cierre de la «inhumana» prisión de la base naval de Guantánamo, sino que también se propone «recuperar los derechos democráticos» que perdieron «bajo el Gobierno de Bush».
«Bush llama a muchos líderes del mundo tiranos y dictadores cuando él mismo está actuando como un tirano y un dictador», insistió Sheehan. A su vez, la ex coronel Ann Wright manifestó el convencimiento de que la guerra en Irak no llegará a tener solución con una nueva escalada como se propone el presidente Bush. «Si Bush envía a 20.000 efectivos más, como se espera, no logrará ningún cambio y, por contra, sacrificará más vidas de estadounidenses e iraquíes», sentenció Wright. La pacifista Medea Benjamin, de Global Exchange, confió en que el cambio político en el Congreso de EEUU abra nuevas perspectivas para resolver la situación de los detenidos en la base, aunque llamó a los congresistas a ser «más atrevidos» y pronunciarse contra la guerra y por la retirada de las tropas estadounidenses de Irak. Una manifestación similar a la encabezada por Cindy Sheehan tuvo lugar en diciembre de 2005 por 25 activistas católicos de Witness Against Torture.