JACOBO GARCIA. Especial para EL MUNDO
MANAGUA.-
Los nicaragüenses desempolvaron ayer con renovado optimismo las históricas banderas sandinistas para dar la bienvenida al nuevo presidente de Nicaragua, el comandante Daniel Ortega, de 61 años, quien asumió ayer formalmente el poder.
En 1990, en el que para muchos ha sido el mejor discurso pronunciado por Ortega en su dilatada vida política, el ex guerrillero prometió ante una decepcionada masa de seguidores que «gobernaría desde abajo» porque, dijo: «Nosotros no nacimos arriba». Casi 17 años después de perder en las urnas lo que se logró a tiros, el rojo y el negro volvieron a colorear Managua con una esperanza pocas veces vista en el pequeño país centroamericano ante la llegada de un nuevo presidente.
Ortega recibió de manos del presidente saliente, Enrique Bolaños, la banda presidencial blanquiazul tal y como hizo por primera vez hace más de 25 años, cuando encabezó la junta de comandantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que alcanzó el poder tras derrocar al dictador Anastasio Somoza.
Antes de recibir la banda presidencial, Ortega hizo el juramento de rigor y la promesa de respetar la Constitución de la República. A continuación, juró su cargo el nuevo vicepresidente de la República, Jaime Morales, informa Efe.
Más de tres lustros después de la inesperada derrota frente a Violeta Chamorro, Ortega concentra un apoyo popular y una confianza desconocida hasta ahora en el pueblo poco dado al optimismo, donde el 70% de la población vive en la miseria y casi la mitad de sus cinco millones de habitantes reconoce que se largaría del país en cuanto pudiera.
Sin duda, a esta idea de salir corriendo contribuye el hecho de que los diputados nicaragüenses, con sueldos mensuales de 3.200 euros, dedicaran durante las últimas semanas todo su esfuerzo a sacar adelante una ley que les permita importar coches de lujo sin pagar impuestos.
EEUU junto a Irán
Pero en esta ocasión -y a pesar de que Ortega dejó en 1990 un país en bancarrota y lo recibe, según el presidente saliente, con las «arcas llenas», un crecimiento del 3,7% y la inflación y deuda externa más bajas de la última década-, el 68% de los nicaragüenses considera que el gobierno de Ortega «traerá prosperidad al país» y un 50% estima que «mejorará su situación política y económica en un año».
A crear esta sensación ayudó el hecho de que personalidades de todos los colores y todos los puntos del planeta, desde EEUU -representado por el subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Thomas Shannon- hasta Irán, bendijeran con su presencia en Managua la llegada de Ortega al poder. En total, asistieron unas 2.000 personalidades nacionales y extranjeras, entre ellas 16 jefes de Estado o de Gobierno.
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