Jueves, 11 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6234.
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 OPINION
Editorial
CHAVEZ: REVOLUCION EN LA REVOLUCION

Hugo Chávez juró ayer el cargo de presidente de Venezuela con un encendido canto al socialismo revolucionario. Chávez reivindicó «el cristianismo y el marxismo-leninismo» como sus dos fuentes de inspiración ideológica y afirmó que intentará «construir un país socialista» en los próximos seis años. «¡Patria, socialismo o muerte!», gritó al final de su juramento, haciendo suyo el lema del Ché.

Su discurso, trufado de izquierdismo y demagogia, no constituye precisamente una sorpresa, ya que Chávez había comenzado la semana con el anuncio de la nacionalización de CANTV, antiguo monopolio de las telecomunicaciones, del sector eléctrico y de los servicios de agua. Ayer incluyó en la lista el gas y el transporte de crudo. Reaccionando ante sus planes, la Bolsa de Caracas ha caído estos días casi un 20%, mientras que el bolívar ha pasado de un cambio oficial de 2.150 por dólar a 4.000 en los mercados en tan sólo 48 horas.

Desde su llegada al poder, en 1999, Chávez había practicado una política intervencionista en la economía, pero jamás se había atrevido a nacionalizar las grandes empresas privadas del país. Ahora acaba de dar el paso, señalando expresamente su deseo de implantar en Venezuela un sistema socialista en el plazo de dos décadas.

Chávez ha anunciado también su propósito de modificar la Constitución para optar a un nuevo mandato en 2013, ya que, como él ha dicho, su intención es ejercer el cargo de forma vitalicia si los venezolanos le siguen votando.

Todo ello acentúa el perfil megalómano de este militar que primero fue golpista, luego llegó democráticamente al poder con un mensaje de regeración frente a la corrupción, más tarde derivó hacia un confuso populismo izquierdista y que ahora parece apostar por el modelo castrista.

Su giro hacia el socialismo traerá consecuencias desastrosas para Venezuela, que va a sufrir no ya sólo una huida de capitales extranjeros, sino además el retraimiento de los inversores locales. No hay que ser un profeta para adivinar que la nueva política de Chávez va a generar inflación, paro y pobreza en un país que se ha beneficiado de unos altos precios del petróleo que no se van a mantener para siempre.

Chávez ha decidido hacer la revolución dentro de la revolución, sin reflexionar sobre los costes que va a tener para Venezuela este gigantesco salto hacia atrás.

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