Jueves, 11 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6234.
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 OPINION
Obituario / CARLO PONTI
Ultimo gran productor del cine italiano
Artífice de más de 200 películas, como 'Doctor Zhivago' o 'La favorita', protagonizada por su mujer, Sofía Loren
IRENE HDEZ. VELASCO

«Ha muerto el productor Carlo Ponti, marido de Sofía Loren», anunciaban ayer machaconamente los informativos de radio y televisión italianos, sin olvidarse jamás de añadir la consabida coletilla: «el marido de Sofia Loren».

Porque, a pesar de haber sido probablemente el más importante productor italiano de cine de los años 50 y 60, de haber hecho realidad más de 200 películas, de haber trabajado codo con codo junto a directores del calibre de Federico Fellini, Jean Luc Godard, David Lean, De Sica o Michelangelo Antonioni, y de haber dejado para la posteridad películas tan sublimes como Doctor Zhivago, Carlo Ponti se vio ensombrecido durante décadas por las colosales dimensiones de su propia criatura: su señora esposa, la mítica Sofía Loren. Y es que Ponti fue el artífice del éxito artístico de aquella espectacular muchacha 22 años más joven que él, a la que conoció en los años 50 en un concurso de belleza, y a la que aupó a lo más alto de la cima del cine.

Nacido en la localidad de Magenta, en Milán, allá por 1913, Ponti estudió Derecho y llegó incluso a trabajar como abogado. Pero en 1940, con 27 años, decidió retirarse como picapleitos y probar suerte como productor de cine. Se inició en el negocio con adaptaciones literarias como Pequeño mundo antiguo, película basada en la novela del mismo nombre de Antonio Fogazzaro y dirigida por Mario Soldati. Le fue bien, consiguiendo rápidamente hacerse un hueco en el panorama del cine italiano.

Tanto es así que la Lux, la mayor productora de cine que en aquellos años existía en Italia, le fichó mediante un sustancioso contrato. Fue un periodo en el que produjo películas como Juventud perdida, del cineasta Pietro Fermi, o Fuga en Francia, de nuevo con Soldati, y con la que dejó claro que su visión del cine iba más allá de los estrictamente comercial.

En 1950 unió sus fuerzas a las de otro gigante del celuloide, Dino de Laurentiis, para producir juntos algunas de las películas más emblemáticas del cine italiano y universal de todos los tiempos, como La calle, de Federico Fellini; Europa 51, de Roberto Rosellini o El oro de Nápoles, de Vittorio de Sica. Sin embargo, su relación se hizo añicos ante superproducciones como Ulises, de Mario Camerini o Guerra y Paz, dirigida por King Vidor y protagonizada por Henry Fonda y Audrey Hepburn. Esas dos películas pusieron en evidencia sus diferencias como productores y provocaron su ruptura definitiva, no sin antes haber protagonizado más de un escándalo como consecuencia de numerosas disputas económicas.

Ponti se volcó entonces en películas menos colosales y más íntimas, haciendo realidad filmes como El Ferroviario, de Germi o Nacida en marzo, de Antonio Pietrangeli. De hecho, él solía decir: «No hago negocios, hago películas», mostrando desprecio indisimulado por los productores que «sólo tienen los ojos sobre la caja registradora».

Fue en esa época cuando consolidó su relación personal y profesional con Sofia Villani Scicolone, una aspirante actriz a la que había conocido en un concurso de belleza en 1951 cuando ella sólo tenía 17 años y él ya andaba por los 38. Ponti abrió a aquella joven las puertas de la pantalla grande, consiguiéndole primero un papel en la película Anna en 1951, bajo el seudónimo de Sofia Lazzaro, y, en 1952, contratándola para La favorita, ya con el nombre que la haría mundialmente famosa: Sofia Loren. La artista no tardaría en convertirse en un auténtico sex symbol, comparada en su momento con otras bellezas de la gran pantalla como Brigitte Bardot o Marilyn Monroe.

Ponti estaba locamente enamorado de aquella actriz exuberante y voluptuosa y soñaba con convertirla en su esposa. Pero había un problema: desde hacía años, estaba casado con Giuliana Fiastri. Y en aquella época, en Italia el matrimonio era para toda la vida.

Después de intentar, sin éxito, que el Vaticano intercediera para anular un matrimonio que, de facto, llevaba años roto, Ponti y la Loren se desposaron por lo civil en México en 1958. Pero dado que el productor seguía legalmente casado con su primera esposa, su relación provocó un escándalo en la bienpensante y catolicísima sociedad italiana: él fue acusado de bígamo, ella de ser su concubina. Hubo incluso algunas publicaciones que, en nombre de la decencia, invitaron al público a boicotear los filmes de la pareja.

Los chismorreos no terminaron hasta 10 años después, cuando, finalmente, Carlo Ponti y Sofia Loren pudieron casarse en Italia el 9 de abril de 1966. Para lograrlo, el productor tuvo que recorrer un auténtico calvario jurídico y convertirse en ciudadano francés, país donde, a diferencia de Italia, si estaba legalizado el divorcio. Para compensarlo, un año antes, en 1965, había producido el mayor éxito de su carrera: Doctor Zhivago, la célebre película dirigida por David Lean -y protagonizada por Omar Sharif, Julie Christie y Geraldine Chaplin-, basada en la novela del escritor ruso Boris Pasternak y que obtuvo cinco premios Oscar de los 10 a los que estaba nominada.

Pero los problemas para lograr casarse no fueron el único obstáculo que tendría que superar el matrimonio, que en 1968 trajo al mundo a Carlo junior (hoy director de orquesta) y, cinco años después, en 1973, a Eduardo, productor y director de cine. En 1982 la pareja fue acusada de evasión fiscal.

La actriz llegó a ser detenida y pasó varios días en la cárcel de Caserta. Él fue sentenciado en ausencia en 1979 por un tribunal italiano a cuatro años de cárcel y a pagar una multa de 26 millones de dólares por exportar dinero ilegalmente. Años más tarde, en 1987, fue absuelto de todos los cargos. A partir de aquellos hechos, la pareja decidió trasladarse definitivamente al extranjero, residiendo primero en Canadá y luego en Estados Unidos. También tenían casa en Ginebra, donde en los últimos años pasaban cada vez más tiempo. El anciano productor no fumaba ni tomaba alcohol; sus grandes pasatiempos eran la arquitectura y la decoración de interiores.

Fue en Ginebra donde la noche del martes, a los 94 años y rodeado de su mujer y sus dos hijos, fallecía Ponti. Diez días antes había sido ingresado en un hospital de la ciudad suiza a causa de una complicación pulmonar.

Carlo Ponti, productor de cine, nació en Magenta (Milán) en 1913 y falleció en Ginebra el 9 de enero de 2007.

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