El área metropolitana de Barcelona es definitivamente un territorio poco proclive para los amantes del buen cine, esos que no lo entienden como un negocio globalizado o como un elemento más del ocio que ofrece el centro comercial de turno. Salvo honrosas excepciones como los cines Metropol de Castelldefels o los Cinebaix de Sant Feliu de Llobregat, la dictadura de los templos del ocio a gran escala y sus películas del star system estadounidense han impuesto su ley en el extrarradio.

De ahí que iniciativas cinematográficas arriesgadas como la que se lleva a acabo en el teatro Cal Ninyo, en Sant Boi de Llobregat, cobren importancia. La proyección de la película de John Huston El halcón maltés (1941) inauguró ayer el ciclo Travelling, nacido con el propósito de programar cine negro independiente y clásico.Durante el primer trimestre de 2007, grandes filmes del género saltarán a la cartelera cinematográfica del coqueto teatro municipal.

Así, avispados detectives privados, intrépidos atracadores o fastuosas femmes fatales devienen los protagonistas del calendario cinematográfico santboiano. La cita con el buen cine negro de autor, con películas clave de este género, es quincenal: los jueves a las 20.30 horas.

La ópera prima de Quentin Tarantino, Reservoir Dogs (1992), forma parte del ciclo. En la película, el director estadounidense combina momentos de acción extrema con brillantes diálogos, como el que tiene lugar en la primera escena, donde unos gánsteres que apenas se conocen discuten sobre Maddona y sobre si hay que dejar o no propina en las cafeterías. Pese a ser un filme relativamente joven, ya se condera un título de culto.

Antes, Travelling programará el clásico de Roman Polanski Chinatown (1974), el título imprescindible de Orson Welles Sed de Mal (1958) y la película de Jean-Luc Godard Al final de la escapada (1959), clave en el despertar de la Nouvelle Vague del cine francés.

Pero no todos los filmes serán must have, como dicen los ingleses.El que pondrá término al ciclo es Infernal Affaire (2002), del asiático Andrew Lau, considerado uno de los grandes renovadores del cine de género hongkonés. Junto a sus dos secuelas, este título ha inspirado directamente la nueva película de Martin Scorsese, Infiltrados.

Iniciativas como Travelling son bien acogidas por los buenos aficionados al séptimo arte, más, si cabe, en Sant Boi, un municipio de 82.000 habitantes que carece de cines desde hace más de 15 años. Eso conlleva que sus ciudadanos deban acudir a salas de poblaciones vecinas, como Cornellà o Viladecans, o a las de Barcelona.El núcleo antiguo del municipio acogerá, en un plazo de entre uno y dos años, un multicine de cinco salas en las que se programará cine comercial.

En este contexto, la decisión de Travelling de programar cintas clásicas adquiere un mayor relieve. La experiencia de Sant Boi al estrenar, en simultaneidad con 70 ciudades más, un documental el primer jueves de cada mes resultó decisiva para ampliar la oferta con cine de autor, aseguran los responsables de la organización.En cuanto a la determinación de abrazar el cine clásico -relegado en las parrillas televisivas a altas horas de la madrugada, en el mejor de los casos-, desde Travelling indican que el hecho de que en Sant Boi ya esté en funcionamiento un ciclo centrado en el cine contemporáneo fue decisivo para ello.

Y está previsto que durante el mes de marzo se lleve a cabo una sesión de bandas sonoras de películas míticas del género, así como una exhibición de tres cortometrajes de cine negro europeo, en el marco del festival Mecal.

Una vez que el ciclo de cine negro termine, se sucederán otros dentro de la programación de Travelling; muestras temáticas como Cinema amb ulls de dona, Cinema Europeu -con películas de Neil Jordan, Lars Von Trier o Darío Argento-, Cinema d'altres mons o Cinema digital i noves tecnologies.