Debía ser la respuesta a uno de los grandes lemas de Josep Lluís Carod-Rovira: «Mans netes!». Pero David Martínez Madero, oficial de carrera y hombre respetado en la Fiscalía Anticorrupción, ha acabado en Rumanía en «comisión de servicios» para la Comisión Europea. Llegó a Bucarest en diciembre de 2005 y no es probable que vuelva hasta mayo de este año, si es que vuelve. Porque, además de que se mostraba defraudado con el proyecto final, algunas de las mafias rusas más peligrosas han puesto precio a su cabeza.
Su estancia en Rumanía, en un proyecto en el que ya había participado, es la versión oficial. Fuentes de la Fiscalía aseguran que Martínez Madero se encuentra junto a su familia, protegido y oculto de uno de los grupos mafiosos rusos criminales más peligrosos del mundo, el que dirige el georgiano nacionalizado israelí Tariel Onani.
Sin embargo, fuentes próximas al fiscal aseguran que, aún sin la amenaza rusa, Martínez Madero ya barajaba seriamente declinar el ofrecimiento que le hizo el anterior Gobierno de la Generalitat tras los recortes que sufrió el proyecto como consecuencia del tira y afloja entre el PSC y Esquerra Republicana.
El fiscal Martínez Madero orquestó y dirigió personalmente una amplia operación durante la segunda mitad del año pasado que desmontó buena parte de la cobertura legal de los negocios criminales de Onani, pero él consiguió eludir a la policía. Buena parte de los miembros de su banda fueron detenidos en España. Por esa razón, aseguran fuentes policiales, Onani recibió un encargo de obligado cumplimiento del consejo de la organización si quería evitar que pensaran que había colaborado con las fuerzas del orden: debía asesinar al fiscal anticorrupción que había coordinado las principales operaciones contra las mafias del este, David Martínez Madero.
La amenaza fue tomada tan en serio por todos los estamentos de la Fiscalía, desde el fiscal jefe anticorrupción, Antonio Salinas, hasta el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido decidieron que tenían que quitar de enmedio a Martínez Madero y proporcionarle un entorno seguro tanto para él como para su familia más próxima.
Sin embargo, es cierto que uno de los méritos que hacían de David Martínez Madero uno de los mejores candidatos era que se le consideraba un hombre independiente aunque próximo al anterior fiscal jefe Anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo -de hecho aseguran que fue éste quien lo recomendó- por su experiencia en comisión de servicios para una Comisión Europea, concretamente de a Oficina Antifraude europea, en la puesta en marcha de instituciones contra la corrupción en regímenes en construcción tras la caída del comunismo.
De hecho, los dos nuevos miembros de los 27, Bulgaria y Rumanía, han contado con el asesoramiento de Martínez Madero en la creación de sus respectivos organismos anticorrupción.Martínez Madero ha sido el fiscal en casos tan sonados como las multimillonarias pensiones ocultas de los consejeros del BBVA en los diferentes paraísos fiscales de las islas del Canal de la Mancha y que, a pesar de que el Tribunal Supremo acabaría por absolverle, supuso de hecho la salida de Emilio Ybarra y de todos los representantes de la burguesía de Neguri (Bilbao) del consejo de administración del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria y concentró todo el poder del banco en manos del presidete, Francisco González.
Aunque el primer contacto de David Martínez Maderocon un caso de nivel europeo fue el caso de la malversación de las ayudas europeas para el sector del lino en las dos castillas.
Su nombre fue en la práctica el único que se barajó para el cargo.El proyecto de la creación de la Oficina Antifraude, que aparecía en el programa electoral de Esquerra como una fiscalía catalana anticorrupción y así se trasladó a la primera edición del tripartito, contemplaba una enorme dotación económica e incluso la asignación de mossos d'esquadra, así como la competencia de investigar ayuntamientos y diputaciones. El proyecto, sin embargo, quedó completamente olvidado hasta que Pasqual Maragall pronunció durante los debates del hundimiento del Carmel febrero de 2005 pronunció su famosa frase sobre el 3% de CiU.
En verano de 2005 la ley entró en el Parlament, pero debía ser pulida porque existían grandes diferencias entre PSC y Esquerra.En septiembre, el entonces conseller primer, Josep Bargalló, en el Fòrum d'Opinió de EL MUNDO confirmó que el acuerdo estaba próximo y que Martínez Madero iba a ser el director de la oficina.En noviembre, cuando se aprobó la ley, el que debía ser el primer director, partía hacia Bucarest.