«Felicísima», emocionada y con la intención de mostrar al público barcelonés «cómo se desarrolla una ya larga carrera», Núria Espert regresa a las tablas del Teatre Nacional. Casi 10 años después de su última actuación con La Gaviota de Chéjov -pese a que volvió a actuar en 1998 en un pequeño montaje junto a Lluís Pascual-, la actriz catalana tenía una cuenta pendiente con el público del TNC: «Siempre me quedaba un vacío por las ganas de volver con una gran obra como ésta». Acompañada de José Luis Gómez y Lluís Homar, Espert ocupa por segunda vez la Sala Gran con la obra Play Strindberg de Friedrich Dürrenmatt y dirigida por Georges Lavaudant, «un gran espectáculo que sucede en un espacio pequeño, pero con intensidad, fuerza y talento», según explicó Espert.
Play Strindberg es la «versión libre, conmovedora y con sentido del humor», tal como la definió el director del TNC, Sergi Belbel, con la que Dürrenmatt retomó la polémica La danza de la muerte que August Strindberg escribió en 1900. Para Espert se trata de un montaje «divertido en que el público ríe y grita porque los monstruos del escenario son crueles y reales».
Despiadada, trágica y sin embargo con toques grotescos, Play Strindberg es la historia de un matrimonio atormentado sucumbido por años de odio y que retrata la crisis de la burguesía del siglo XX. Con una puesta en escena austera en la que el protagonismo recae en las vicisitudes entabladas en el trío de actores, Espert interpreta a Alice, una vieja estrella de la interpretación que vive con su esposo Edgar (José Luis Gómez), un culto capitán retirado, recluidos ambos en una isla y enfrentados sin remedio en un duelo que se agrava cuando reciben a Kurt (Lluís Homar), el primo de Alice.
En la presentación del montaje en Barcelona, José Luis Gómez destacó el lenguaje de la obra, «claro y directo al corazón, que a veces apunta más abajo y también más arriba». «A tenor de un deseo compartido con Núria Espert y Lluís Homar de trabajar juntos», confesó Gómez, director del Teatro de La Abadía de Madrid, que produce la obra, «me vino a la memoria esta obra que hace años me marcó». Así nació esta asociación de Espert, Gómez y Homar, a quienes el coproductor Ferran Madico, director del Centre d'Arts Escèniques de Reus, catalogó de «casi semidioses».
«Con esta producción, he experimentado un proceso de rendición a mis compañeros», dijo Gómez, quien no dudó en señalar que compartiendo escena con Espert y Homar ha hallado «un trato exquisito como nunca antes había conocido». Espert también demostró sus ganas de representar Play Strindberg junto a Gómez y alabó el trabajo de Homar, de quien aseguró que interpreta el «papel más difícil» del montaje.
Por su parte, Homar se mostró modesto y consideró que se halla ante «una oportunidad única al trabajar junto a dos grandes maestros a los que siempre he tenido como referencia». «Vernos cada día juntos y compartirlo todo me hace feliz, y eso es lo que más se puede pedir en nuestra profesión, más si se hace con dos referentes», añadió Homar. El intérprete tampoco dejó de agasajar al director Georges Lavaudant: «Ha conseguido llevarnos a un sitio y otro sin decirnos nunca que no». Espert, que recordó que en su carrera ha conocido innumerables directores con los que ha trabajado con diferente fortuna, sostuvo que junto a Lavaudant ha encontrado «cosas nuevas». «Y en el momento en que ya me encuentro, eso no es fácil», atestiguó.
Tras una excelente acogida en Madrid, Play Strindberg recalará primero en Reus el 12 y 13 de enero antes de representarse en el TNC del 18 de este mes al 4 de febrero. En los próximos meses, el montaje recorrerá otros escenarios de toda España.