Se habían encontrado muchas veces, pero ésta será la primera en que lo harán en su casa y en plena temporada. Este fin de semana -hoy, mañana y pasado- la soprano catalana Montserrat Caballé será la gran figura solista del programa 14 de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC), en el que también será el debut de la artista en el Auditori barcelonés.La cantante, que ofrecerá un repertorio de sello francés bajo la batuta del valenciano José Collado, no sólo está «muy ilusionada» con este encuentro, sino que no ha escatimado elogios hacia la orquesta y la calidad acústica de la sala.
«Me ha parecido una sala magnífica», sentenció, ayer, la artista.«Me habían dicho muchas veces, de hecho era vox populi, que la acústica del Auditori no era buena, así es que lo primero que hice cuando entré en la sala fue picar de manos, porque si las manos suenan dulces quiere decir que la acústica es buena. Y eso es lo que ocurrió».
Al oído experto de Caballé, sin embargo, no se le escaparon las deficiencias de sonido que aún tiene el escenario. «Es verdad que el sonido de algunos instrumentos que están al fondo de la orquesta no llegan bien al centro, donde está el cantante, pero lo que importa es que lleguen bien al público, que es quien paga la entrada», reconoció.
Tampoco faltaron los elogios para la formación de su ciudad natal, con la que había colaborado en anteriores ocasiones, pero nunca en su programación de temporada. «Tienen un sonido espléndido.Cantan, frasean y hacen unos pianísimos y unos crescendos que sólo encuentras en las grandes formaciones. Estoy muy orgullosa de que nuestra orquesta suene así», dijo.
Novedosas y raras
Tan arropada y bajo la batuta de un director que con sólo mirarla ya sabe lo que ella quiere, Montserrat Caballé se enfrentará a un repertorio poco habitual para el público barcelonés: Poema de l'amor i de la mar per a veu i orquestra, de Ernest Chausson; Penediment, de Gounod, y L'extasi de la Verge, de Massenet.
«Escogí este programa porque me pareció adecuado para una orquesta sinfónica y también, porque está en la línea que tengo para mis actuaciones en Cataluña: ofrecer cosas novedosas, que se hagan poco».
No sera ésta la última oportunidad de ver a Caballé en Barcelona en breve plazo, ya que la cantante tiene previsto ofrecer el próximo 7 de febrero el recital lírico que debía realizar en el Liceu el pasado diciembre, y que se vio aplazado por enfermedad de su pianista habitual Manuel Burgueras.
«Él se encuentra mucho mejor y se ve con fuerza para actuar», explicó la artista, que alabó la compenetración artística que ha alcanzado con el músico, que la acompaña en escena desde finales de los 80. «No me gusta cambiar de acompañante, porque lo que me importa es que la voz encaje bien con el piano o con la orquesta.No me gusta ser individualista», afirmó.
Caballé, que recientemente ha celebrado el 50 aniversario de su carrera, recordó una vez más que en la actualidad existen muchas y muy buenas voces, pero que los artistas jóvenes han de saber enfocar bien sus carreras para que éstas puedan tener un largo recorrido. «Tengo 73 años, una edad en la que, lógicamente, mucha gente ya no canta. Y aunque necesito la música y procuro brindarle servicio, sería horroroso que, llegado el momento, me engañara a mí misma», afirmó.
De momento, entre sus compromisos figura la grabación de la ópera Safo, de Gounod y un disco de árias de óperas inéditas. Con Burgueras recuperado, también prevé realizar una amplia gira de recitales por toda Europa al tiempo que anuncia una nueva convocatoria, para el año que viene, del concurso de canto que lleva su nombre.