Pasarela Barcelona afronta su tercera edición, que se celebrará entre el 16 y el 18 de enero, con la mitad de presupuesto público respecto al año pasado y, de momento, sin ningún patrocinador privado. La Generalitat aportará 1.250.000 euros (la mitad de los 2.412.000 del año pasado) para financiar una pasarela que además se queda sin presidente.
Josep Maria Donat, escogido por la Asociación de Diseñadores Gaudí tras la desaparición de la pasarela Gaudí para pilotar la transición de un modelo público hacia otro mixto con protagonismo de inversores privados, abandona el timón. Donat afirmó ayer que dirigir el evento es «una responsabilidad brutal». «Requiere muchas horas de trabajo y no sería justo que yo no le dedicase lo que se merece», añadió.
El nuevo secretari de Comerç, Emili Valdero, reiteró que «no es un buen modelo una pasarela que se financie cien por cien con dinero público». La ausencia de patrocinadores privados en la actual edición va acompañada de otras carencias: se ha cancelado la presencia de prensa y de compradores internacionales.
Donat achacó a la inestabilidad política ocasionada por el Estatut y la cercanía de las elecciones del 1 de noviembre el escaso apoyo recibido por parte del empresariado catalán. Firmas como Freixenet o Lancôme han retirado su patrocinio al proyecto en esta edición, aunque Donat afirmó que se sigue trabajando para conseguir apoyo privado.
Autofinanciación
Por su parte, Valdero reiteró la voluntad del Govern de mantener la política de «ir reduciendo la participación pública en la pasarela para conseguir que se acabe financiando con dinero privado». Y aunque no lo confirmó, algunas voces apuntan a que podría tratarse de la última edición en la que Pasarela Barcelona recibe dinero público de la conselleria de Comerç, ante la imposibilidad de que ésta avance hacia su autofinanciación.
«Este año hemos apoyado la Pasarela Barcelona para que no hubiese un efecto negativo», confesó Valdero, quien explicó que no se podían «cerrar las subvenciones de un día para otro». El secretario subrayó las otras líneas en las que se trabaja: potenciar el diseño joven emergente e internacionalizar la moda. El mes que viene se anunciarán novedades en ese sentido. Tras la primera experiencia el pasado mes de octubre de Showroom Barcelona, la conselleria tiene previsto repetir la expedición de diseñadores made in Cataluña a la capital francesa en marzo. Y no se descarta tener presencia en la Olympus Fashion Week neoyorquina.
Pasarela Barcelona espera recibir 18.000 visitas y cambia su ubicación, trasladándose al Barcelona Teatre Musical, en el antiguo Palacio de Deportes. Al calendario de desfiles se ha sumado José Castro, ex director creativo de Miró Jeans y diseñador de Desigual, que suple en cierta medida las bajas de Javier Simorra y de la firma francesa Marithé et François Girbaud, que por motivos empresariales y de fechas no desfilarán finalmente en Pasarela Barcelona.
Sí lo harán los ya habituales Josep Abril, Hannibal Laguna, Armand Basi, Antonio Miró, Txell Miras, Mireya Ruiz, Joaquim Verdú y Custo Barcelona junto a jóvenes diseñadores como Miriam Ponsa, Gori de Palma, Jocomomola, Juan Vidal, Comentrigo, La Casita de Wendy o Parnasse.
Ante la salida de Donat, el diseñador Konrad Muhr se postula como sucesor para presidir la pasarela barcelonesa. El diseñador Toni Morral ya presentó un programa alternativo al modelo gestor de Donat hace unos meses ante la conselleria. El «cambio de raíz» que proponía entonces Muhr consistía en redimensionar la moda catalana a nivel internacional con nuevos organismos, oficinas, un cánon por desfilar y desfiles itinerantes en el extranjero.
Respecto a la polémica surgida tras la muerte por anorexia de varias modelos profesionales en los últimos meses, Donat afirmó que no se pesará a las modelos como se está haciendo en otras semanas de la moda como las de Madrid, Milán, Nueva York y Valencia, pero se exigirá un «aspecto saludable». «Una cosa es estar delgado y otra anoréxico», subrayó el presidente de Pasarela Barcelona.