Entre ellas, destacan los tres estrenos nacionales. El primero de ellos será el clásico de Shakespeare El sueño de una noche de Verano, de mano de la prestigiosa directora escénica Tazmin Townsend. La acción discurre en una playa donde los protagonistas, de origen gitano, se dejan enredar por los caprichos de las fuerzas místicas. La narración está aderezada por nueve canciones, compuestas, algunas de ellas, por Antonio Carmona. El cantante afirma haberse inspirado «en el flamenco y en sonidos del Este de Europa, como los de Kusturica». Pese a ello, Townsend asegura que la función es «fiel al libreto original».

El día 26, levantará el telón el Teatro Alameda para deslumbrar a los espectadores con la representación de Como abejas atrapadas en la miel. Su director, Esteve Ferrer, asegura que el Festival de Málaga es para él «un talismán». La obra, protagonizada por Luisa Martín y Félix Arévalo (presente también en El camino de los ingleses), gira en torno a un escritor neoyorquino en busca del éxito y a una misteriosa mujer que le conducirá por caminos desconocidos por él. Se trata de un hilarante juego de espejos, donde el espectador nunca podrá estar seguro de haber calado del todo a los personajes.

Hasta el 30 de enero, no verá la luz Un Picasso, de Jeffrey Hatcher. «Hemos prescindido de la parte didáctica y nos hemos quedado con el esqueleto de la obra», explica José Sacristán, quien, además de desempeñar el papel protagonista, dirige la escenificación.

La historia tiene como eje central al artista malagueño, personaje que permitirá a los espectadores conocer de cerca al verdadero Picasso, «con su contradicciones, sus grandezas y sus bajezas». Acompaña a Sacristán sobre las tablas Carmen del Valle, conocida por el gran público por su aparicición en el filme La piel de la tierra.