ELENA ISARDO
Su misión en el Dakar es la de guardar las espaldas de Marc Coma, la de cuidar de su compañero de equipo para que pueda reeditar el triunfo logrado el pasado año en el Lago Rosa. Jordi Viladoms (Igualada, Barcelona, 1980) sabe muy bien cuál es su trabajo y ayer, sin descuidarlo, se adjudicó su primera victoria en el rally más duro del mundo, el mismo que tuvo que abandonar hace un año en su primera participación, cuando marchaba decimotercero en la general y una fuerte caída le impidió concluir la penúltima etapa.
En una de los capítulos más largos de esta edición (817 kilómetros, 394 eran cronometrados), el que dejaba atrás Marruecos para adentrarse en las sinuosas dunas de Mauritania (desde Tan Tan hasta Zouérat), el mochilero de Coma se adelantó a su jefe para atravesar la meta con una ventaja de 57 segundos, después de rodar muchos kilómetros en solitario. «Estoy muy contento, pero también sorprendido. No sabía que iba tan bien hasta que alcancé a Despres, pero no lo había hecho ni con Coma ni con Esteve. Hasta la llegada no he sabido nada. He cumplido un sueño, pero mi objetivo es seguir siendo de ayuda para Marc», explicó este ingeniero industrial, que no comenzó a dedicarse plenamente al mundo de las motos hasta que concluyó sus estudios universitarios.
La segunda posición de Coma, en una etapa rapidísima en la que algunos pilotos llegaron a alcanzar los 180 km/h, le sirvió ayer para ampliar su ventaja al frente de la general, con algo más de 12 minutos sobre Esteve, que concluyó cuarto. El que parece prácticamente desahuciado es Cyril Despres, que perdió más de 10 minutos al intentar sorprender a sus rivales con una opción de navegación alternativa. El truco le salió mal.
Además de tener que pelear con el terreno, los pilotos lo tuvieron que hacer con unas condiciones climatológicas adversas. El fuerte viento y una persistente lluvia se cebó con ellos cuando atravesaban el Muro, la frontera entre el territorio del Sáhara Occidental y Mauritania.
En la categoría de coches, Carlos Sainz, cuarto ayer, supo conservar el liderato en una jornada en la que se impuso el estadounidense Robby Gordon. Giniel de Villiers, su compañero de equipo, le recortó 25 segundos en la general, en la que Nani Roma retrocedió tres puestos después de finalizar décimo tras una complicada jornada en la que pinchó una rueda, tuvo problemas con el sistema hidráulico para cambiarla y paró para asistir a otro piloto. Tampoco su compañero de equipo Hiroshi Masuoka tuvo demasiada suerte, al perder más de una hora respecto a Sainz después de sufrir diversos problemas mecánicos en su Mitsubishi.
Hoy, la caravana se adentrará en el corazón de Mauritania, antes de la jornada de descanso. Con salida en Zouérat, los pilotos cubrirán 542 kilómetros cronometrados hasta Atar.
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