El duro enfrentamiento entre el Gobierno y el PP sobre el terrorismo no tiene fin ni límites, y ayer sirvió para dinamitar la III Conferencia de Presidentes Autonómicos que se celebró en el Senado. ETA no estaba en el orden del día y, teóricamente, sólo se trataba de hablar de agua, inmigración e investigación, desarrollo e innovación, pero el PP se las arregló para provocar un duro debate sobre terrorismo que, en la práctica, monopolizó la Conferencia, aguó el acto a José Luis Rodríguez Zapatero y eclipsó cualquier otra decisión de las más de nueve horas de larga reunión.
A eso se unió la agria polémica por el hecho de que el presidente del Gobierno, por segunda vez en 15 días, cometiera el error de referirse a los atentados de ETA como «accidentes». Lo hizo a puerta cerrada, no rectificó cuando se lo pidió uno de los asistentes, lo hizo con rotundidad por la noche en rueda de prensa, y fue utilizado por el PP durante todo el día para acabar con la Conferencia.
La reunión se celebró ayer por tercera vez, siempre en esta legislatura y a iniciativa de Zapatero, y tiene por objeto mejorar la cooperación entre el Estado y las comunidades autónomas y de éstas entre sí. Como no existe un reglamento de funcionamiento ni está reconocida en ninguna norma legal, sus acuerdos son compromisos políticos y en las tres ocasiones ha provocado protestas del PP por considerar que los tiempos de intervención son insuficientes y, además, no tienen preparación previa.
Ayer, además, los presidentes del PP se conjuraron para no dar ni un minuto de respiro al Gobierno, esta vez a cuenta del terrorismo.
La innovación ayer fue que arrancó con un desayuno con el Rey para evitar la larga espera del Monarca en la comida. Luego se reunieron a puerta cerrada durante todo el día y hasta la noche, con comida incluida.
Con Zapatero estuvieron todo el día la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, y el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla.
Sobre la agenda prevista, y una vez que cada uno expresó sus reivindicaciones y peticiones, en el capítulo de acuerdos se incluye el compromiso de crear una comisión entre dos presidentes del PSOE y dos del PP para elaborar un reglamento de funcionamiento de futuras conferencias.
Como siempre, el Gobierno se felicitó de los acuerdos y el PP los rebajó al máximo, hasta hablar de «fracaso absoluto». Zapatero les comunicó que la próxima versará sobre cambio climático y que, para ello, trabajará un grupo de expertos desde este momento.
En el inicio de la Conferencia, Zapatero condenó el atentado y pidió un minuto de silencio. A continuación pidió la palabra como portavoz de las comunidades del PP el presidente de La Rioja, Pedro Sanz, para pedir que se debatiera una propuesta de resolución que, por ejemplo, exigía «al presidente del Gobierno que rectifique la política contra el terrorismo y que vuelva a la acordada en el Pacto por las libertades y contra el terrorismo».
«Tomo nota de la propuesta», le respondió Zapatero. Según la transcripción de la Conferencia, a la que ha tenido acceso EL MUNDO, el presidente del Gobierno aseguró que «es evidente que la política antiterrorista está sometida a debate y es más evidente aún que se somete a debate en los órganos que representan la soberanía nacional» y se remitió a la cita del lunes en el Congreso.
Sanz insistió: «Los presidentes de las comunidades somos algo más que un apéndice de las políticas del Gobierno». Zapatero replicó asegurando que la mayoría de los presentes no compartía esa petición de rectificación de la política antiterrorista y, «por tanto, vamos a lo que nos une».
El presidente corrigió a Sanz y le dijo que allí estaban representando a comunidades, no a partidos. Insistió de nuevo el popular, recordando a Suárez, González y Aznar. Se oyó al extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra decir: «Que no se dé por recibida la propuesta»; y a la madrileña Esperanza Aguirre contestar: «Para respaldar la política del presidente del Gobierno tenemos que conocerla». Zapatero recogió el papel del PP y lo guardó.
El presidente del Gobierno, que en ningún momento mencionó expresamente a ETA, cerró el turno, pero luego, uno tras otro, los presidentes del PP introdujeron la petición de vuelta al Pacto Antiterrorista.
Luego, en la rueda de prensa de cierre, el presidente del Gobierno se remitió primero al debate del lunes en el Pleno del Congreso cuando se le preguntó si daba por roto el proceso de paz y el diálogo con ETA. Después fue más preciso y dijo: «Punto final, es explícito y claro». De hecho, ésa era la primera vez que el presidente del Gobierno, en público, daba por roto el proceso y el diálogo desde el atentado del día 30 y desde que él habló de «suspensión».