C. S. / A. D. B.
MADRID.-
Cientos de rumanos y búlgaros están colapsando diversas comisarías y subdelegaciones del Gobierno para pedir la tarjeta comunitaria. La moratoria de dos años impuesta por el Gobierno a estos ciudadanos se está convirtiendo para ellos en un auténtico calvario.
Tanto en Madrid como en Almería y Castellón se suceden las colas desde el pasado 1 de enero y la confusión y desinformación es total. Así, muchos de los nuevos europeos se están abalanzando sobre las oficinas de la Administración para realizar trámites que no son necesarios.
También se están registrando aglomeraciones en aquellos ayuntamientos que cuentan con una importante población rumana, con el fin de empadronarse, un requisito imprescindible para conseguir la tarjeta.
Pero, ¿cuáles son los papeleos realmente ineludibles? Según ha aclarado el Ministerio de Trabajo, los residentes legales no necesitan hacer ningún trámite, puesto que la moratoria no les afecta.
Los rumanos sin papeles tienen varias opciones de legalizar su situación. En primer lugar, pueden trabajar por cuenta propia, y para ello necesitan la tarjeta comunitaria con un Número de Identificación de Extranjero (NIE). Con estas gestiones, ya pueden darse de alta como autónomos en la Seguridad Social.
Los problemas comienzan en el caso de que vayan a trabajar por cuenta ajena. El trabajador rumano necesita presentar una oferta de empleo de menos de seis meses o una de un año. Una vez que la Administración informe de que su solicitud es favorable, el extranjero deberá tramitar la Tarjeta de Identidad de Extranjero si vive en España. Si reside fuera, tendrá que solicitar en el Consulado de su país el correspondiente visado, según ha informado Trabajo. La exigencia de este requisito es lo que ha levantado ampollas en el Gobierno rumano, que considera que se está violando el Tratado de Adhesión de su país a la UE.
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