Los vecinos del sur de Madrid celebraron ayer, aunque «con sorpresa y cierto escepticismo», la primera promesa electoral de Esperanza Aguirre, desvelada ayer por M2: la sustitución de las rejas de la histórica cárcel de Carabanchel por consultas y quirófanos en un futuro hospital.
«Bienvenidos a este carro del que llevamos tanto tiempo tirando las asociaciones de vecinos», decían gráficamente en un comunicado desde la Coordinadora Vecinal de Latina. Como recordaron ayer los representantes vecinales, la reivindicación del hospital ha cumplido ya más de 15 años y, en ese tiempo, sólo se han encontrado «la oposición de las administraciones implicadas: Ayuntamiento de Madrid, Ministerio del Interior y Comunidad de Madrid».
«La promesa la tomamos con cautela pero con esperanzas de que pueda hacerse realidad», explicó a este diario Antonio Abueitah, portavoz de la Asociación de Vecinos de Aluche.
Ante la posibilidad de que el PSOE rechace ahora la construcción de un hospital, como planteó ayer su secretario general en Madrid, Rafael Simancas, Abueitah se mostró sorprendido. La presidenta del partido en Latina, Noelia Martínez, «siempre nos ha apoyado y nos sorprendería mucho que ahora cambiara de actitud».
Los vecinos mantuvieron una reunión el pasado octubre con el jefe de gabinete del Ministerio del Interior y están a la espera de una respuesta de este departamento, propietario de los terrenos.
En esa fecha, desde Interior se les aseguró que se pondrían en contacto con el resto de las administraciones para estudiar la propuesta de los vecinos y antes de finales de 2006 les volvería a reunir. A día de ayer, los vecinos seguían esperando, aunque confiaban en que haya acuerdo para construir el centro sanitario.
Desde la Asociación de Vecinos de Carabanchel Alto se valoró también muy positivamente la promesa del PP que supone, dijeron, «un cambio radical de postura de este partido». Según este colectivo, es ahora Interior el que «debe manifestar si está dispuesto a ceder la parcela de la cárcel para la construcción de un hospital público».
Todas las asociaciones de vecinos insistieron en que el centro sanitario que se haga en Carabanchel tendrá que ser público. «Sólo aceptaremos la construcción de un hospital público, con personal público y con gestión pública». Además, la Coordinadora de Latina pidió que se reserve una parte de esos terrenos para «la memoria histórica de los represalidados del régimen franquista, que encarceló, torturó y ajustició entre esos muros a miles de ciudadanos por motivos políticos».
Otro portavoz de los vecinos, Javier Poveda, aseguraba ayer que no sabía si creer «ese súbito cambio de opinión de Aguirre y del consejero de Sanidad, Manuel Lamela», quienes aseguraban hasta hace poco que las necesidades sanitarias de los vecinos estaban cubiertas con el hospital Clínico.
«Una vez que la Comunidad de Madrid parece dar el primer paso, esperamos que Interior no se vaya a echar para atrás», añadió.
En este sentido, Poveda también recordó que el Partido Socialista siempre ha apoyado las movilizaciones vecinales y son «innumerables las presencias de los representantes de las mismas». «No querríamos que ahora, en el momento de la verdad, nos encontremos con que una Administración socialista deja tiradas e insatisfechas las demandas de los vecinos», sentenció.
En una reunión que mantuvieron anoche todas las asociaciones integradas en la Coordinadora, decidieron ponerse en contacto con los tres partidos con representación en Madrid para que se pongan de acuerdo con un objetivo común: el futuro hospital de Carabanchel.