CARMEN SERNA
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, presentó ayer su Plan Director de Movilidad Ciclista, un intento de llevar las bicicletas a todas las calles de la ciudad y convertirlas en un medio más de transporte público.
Entre sus bondades: aparcamientos especiales para bici, adaptación de los autobuses para poder subirlas, más carril-bici... Pero el principal motivo para convencer a los madrileños de que viajen por la ciudad sobre dos ruedas es la rapidez. Según los datos del Consistorio, la bicicleta podría circular por Madrid a 12 kilómetros por hora, «mientras que los coches, en el centro, tienen una velocidad de nueve kilómetros por hora, o el autobús va a 12 kilómetros por hora de media. E incluso sería más rápida que algunas líneas de Metro, como la línea 2», explicó ayer Ruiz-Gallardón.
Además, el 40% de los desplazamientos en automóvil de la capital recorre menos de cinco kilómetros, distancias ideales para usar una bicicleta que, en la almendra central, sería más rentable que coger el coche o esperar el autobús.
Para introducir este nuevo elemento de transporte en la mentalidad de la ciudad, y aprovechar la climatología más favorable que en otras capitales donde la bicicleta es un clásico, el alcalde presentó ayer la promesa de crear 274 kilómetros más de carril-bici para 2016, llegando a los 457 kilómetros en toda la ciudad. «Esto significa hacer 30 kilómetros de carril-bici al año», aclaró.
La intención de estos itinerarios es interconectar el Anillo Verde, que rodea la ciudad, con el centro de la capital, para hacer útil este camino no sólo como actividad deportiva sino también como medio de transporte.
Entre las calles que cambiarán su fisionomía estará La Castellana, «que tendrá un carril-bici como eje importante de la ciudad que es», anunció Ruiz-Gallardón.
|