Viernes, 12 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6235.
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Humor 'chanante' en el siglo XVIII
'Desventuras conyugales de Bartolomé Morales' traslada a La Mancha en clave de tragicomedia una reflexión sobre el sexo y la miseria escrita en la Italia del Renacimiento
JOSE MARIA ROBLES

Suena una versión baturra y turbofolkie de Mambrú se fue a la guerra cuando, de golpe y porrazo, la España profunda y con mosca verde del siglo XVIII, postal primitiva de campesinos sin dientes, supervivientas en sostén y otros figurantes como retratados por Goya, se hace carne y hasta olor. Concretamente, olor «a pedo, a pis y a ajo, no a incienso como las obras de Lope de Vega y de Calderón», dice Angel Facio de la atmósfera que se respira en Desventuras conyugales de Bartolomé Morales, la nueva producción del Teatro Español, en la que oficia de director y, casi, casi, de autor. Por algo se ha ocupado de hacer accesible (con jerga próxima al humor chanante) y de localizar en una época no especialmente propicia para la carcajada (palpitaba la guerra de Sucesión española y el código moral era pasto de letrina) los textos del autor italiano Angelo Beolco, más conocido como Ruzante, una especie de Cantinflas del Renacimiento, alguien que paga su ingenuidad en el mundo moderno.

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Concebida como tragicomedia manchega en cuatro cuadros y una jota, la obra, en palabras de su responsable, «busca invertir los valores del manido teatro clásico» y observar la realidad más allá «del sentido del honor, la dignidad, el amor y la obediencia» propios de composiciones más solemnes. Por el contrario, y con el acento propio de la picaresca, el montaje arroja una luz negra sobre «el sexo y el hambre», los motivos que, a juicio de Facio, hacen funcionar a las clases bajas de donde proceden los protagonistas del relato de Ruzante. Otras cuestiones expuestas son el (falso) heroísmo y la represión.

Si en el Bartolomé Morales original la acción transcurría en el siglo XVI en Padua y Venecia, ahora este ejercicio de «teatro popular y corrosivo» -en definición de Mario Gas, director del Español- se sitúa en las provincias de Cuenca y Toledo; lo que antes se expresaba en paduano, dialecto de corte agrario de la región del Veneto y variante del oficialista toscano, pasa a ser transmitido a partir del fértil acervo lingüístico de la árida meseta y con un mínimo aporte valencià.

Allí, en el medio rural, protagonista de un fresco de tipos sometidos a las clases dominantes y que se buscan las habichuelas como buenamente pueden, mora un sanchopanza que responde por Bartolomé Morales (Juan Carlos Castillejo), labriego cornudo, apaleado, mísero. Su esposa Juana (Gloria Villalba), que se ve obligada a engañarle cuando él marcha a la guerra, decide no rendirle cuentas a su regreso. Y entre uno y otro enredo, a través de gente de tan diverso pelaje como un tonto de pueblo, un párroco atraído por el cuerpo femenino o un espadachín portugués, van aflorando detalles y matices de interesante lectura en el mundo actual.

Castillejo, Villalba, Rafel Núñez, Sergio Macías, Ernesto Ruiz y Alfonso Delgado componen un reparto «a la medida» de la adaptación, apuntó Facio. No en vano, todos proceden de la tierra en la que se desarrolla la trama y cuentan, además, con larga experiencia a la hora de llevar a las tablas pasajes concebidos por los escritores del Siglo de Oro. «Por eso cuando los reuní, les dije: 'Vamos a hacer una función en la que nadie pueda mejorarnos'», arroja como conclusión.

'Piercing', y no boina

Con respecto a la vigencia de la obra, galardonada con el Premio al Mejor Montaje Escénico del Certamen Nacional de Teatro Garnacha de Rioja 2006, el director y asesor literario del centro que ahora ocupa comenta: «La televisión ha hecho que cambiemos de look, pero eso es sólo una caretilla. Sigo oyendo hablar de violencia doméstica y de crímenes pasionales. Somos tan somarros como siempre y tenemos pautas de comportamiento muy ancestrales». Más gráfico aún fue Villalba: «Se ha cambiado la boina por el piercing, pero las experiencias son las mismas».

Desventuras conyugales de Bartolomé Morales permanecerá en la Sala Pequeña del Teatro Español hasta el 11 de febrero. Tras abandonar Madrid, seguirá de gira por otras ciudades españolas.

Desventuras conyugales de Bartolomé Morales

. Desde hoy hasta el 11 de febrero. Teatro Español (Príncipe, 25).

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