Viernes, 12 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6235.
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 MADRID
De compras en
Santa María Novella
MARIA MONTES

Si entra con los ojos cerrados, no le costará adivinar que está en una tienda de perfumes. Es el olor del Pot-Pourri -flores secas maceradas- que se huele desde la calle e impregna hasta el último rincón del coqueto local. Todos los productos y la estética del establecimiento crean el ambiente de antigua botica de farmacia que pretende recrear Santa María Novella. La perfumería aún conserva la manera tradicional de fabricar los jabones y las colonias. Los productos son artesanales, desde la preparación hasta el etiquetado, y naturales, sin componentes químicos. Y todo el material viene directamente de Florencia, desde la misma Santa María Novella. Esta basílica italiana, famosa por su fachada de mármol, considerada como una de las obras renacentistas más importantes de Florencia, comenzó en 1221 a fabricar bálsamos y pomadas para la pequeña enfermería del convento. 400 años más tarde, la farmacia abrió sus puertas al público.

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Desde entonces, se ha ido extendiendo por las grandes ciudades del mundo. Desde Roma hasta Taipei, pero no más de una tienda por ciudad, excepto en París y Tokio, donde hay dos. «La producción es demasiado limitada como para tener varios locales», explica Susana Manzano, directora de la filial madrileña. No cuentan con un «producto especial», sino con «muchos», indica Manzano. Los clientes buscan los artículos de siempre y las cosas típicas, como la cerámica de terracota o las velas moradas y con el sello de la flor de Lis -el color de Florencia y el símbolo de los Medici, los mecenas de la basílica-. Su clientela es fija, sabe a lo que va y ha convertido esta perfumería en una herencia entre generaciones. Además de perfumes y jabones, Santa María Novella dispone de compotas, licores, dulces típicos italianos, bombones y pastillas antihistéricas, uno de los productos que más vende. Porque la mayoría de sus artículos se venden casi en el mismo momento en el que el furgón llega con el reparto. Es el caso del jabón de vellutina, que lleva incluido leche desmaquilladora y deja la piel aterciopelada.

Santa María Novella. Almirante, 26. Tel.: 91 521 82 44.

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