NAWEED HAIDARY. Efe / EL MUNDO
KABUL.-
Fuerzas internacionales y afganas libraron ayer el primer gran combate del año contra los talibán en el distrito de Bermel, en la provincia de Paktika, fronteriza con Pakistán. Al menos 80 milicianos murieron, según el Ejército afgano, mientras que la OTAN elevó la cifra a 150, sin que ninguna de las dos fuentes informara de bajas entre sus filas.
Los rebeldes fueron observados mientras se reunían en Pakistán y cruzaban la frontera con el probable objetivo de lanzar un ataque contra las fuerzas internacionales desplegadas en territorio afgano. Posteriormente, según la OTAN, los talibán fueron perseguidos y finalmente abordados en varios puntos en una ofensiva que combinó fuego aéreo y terrestre en una zona escasamente poblada.
El portavoz de Defensa informó de que las fuerzas afganas capturaron a un ciudadano paquistaní herido, llamado Mohammad Noor y procedente de Miram Shah, una población de la zona tribal paquistaní fronteriza con Afganistán habitada por gente de la etnia pashtún, la misma de los talibán afganos.
Afganistán acusó repetidamente a Pakistán de ofrecer cobijo a terroristas de Al Qaeda y talibán, que disfrutan de seguridad y apoyo en la zona tribal fronteriza con Afganistán. Islamabad respondió a estas acusaciones con el anuncio de que vallará y minará ciertas partes críticas de la línea de separación, una iniciativa duramente criticada por Kabul y con la que tampoco está de acuerdo la ONU.
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