Durante una rueda de prensa en la embajada del país norteamericano en Madrid, Schulte señaló que el objetivo es «implementar la resolución 1737» adoptada en diciembre por la ONU y «presionar a las autoridades iraníes también con otros medios». Entre ellos, el bloqueo de los activos financieros del banco Sepah, una entidad con varias filiales en la UE acusada de financiar el programa nuclear de la República Islámica. «Lo que queremos hacer es producir un debate interno en Irán para que lleguen a considerar la existencia de dos caminos: uno es el del desafío, que lleva al aislamiento internacional y a otras sanciones, y el otro es el de la colaboración con el OIEA y de la suspensión de todas aquellas actividades que no son necesarias para la producción de energía nuclear con fines civiles», afirmó Schulte.

«Durante mis años en la OTAN y en la Casa Blanca trabajé en los Balcanes y aprendí algo muy simple: cuando EEUU y Europa están divididos, se combaten guerras y hay víctimas mortales; cuando los dos trabajan en equipo, los conflictos se paran y se sientan las bases para la paz», señaló el diplomático. Y agregó: «Las ambiciones nucleares iraníes representan una amenaza común [...]: la buena noticia es que estamos trabajando juntos para afrontarla».