Barcelona cuenta con 16 entidades de ayuda a los indigentes como Arrels, Cáritas, Sant Joan de Déu, Prisba o Cruz Roja, que trabajan en coordinación con el Ayuntamiento.

El portavoz de la fundación Arrels, Salvador Busquets, anunció ayer que estas entidades no asistirán a la acampada, aunque señaló que se trata de una «respuesta legítima» ante el «malestar general» producido por la falta de acceso a la vivienda en Barcelona.Busquets recordó que éste es un problema que ya no afecta solamente a los sin techo, sino a una parte representativa de la ciudadanía catalana.

Aún así, Busquets recordó que son dos fenómenos muy distintos: «Hay una situación que es la de las personas sin techo y otra que es el profundo malestar social que existe por el gran problema de vivienda y que es mucho mayor del que algunos se pueden pensar».La acampada de hoy de Hijos de Don Quijote se sustenta en este malestar por la dificultad de poder tener una vivienda accesible para todos. Por este motivo, las entidades que trabajan a diario con los 800 indigentes que malviven en las calles de Barcelona han decidido distanciarse de la protesta de esta organización.

Aunque las entidades mostraron su «alegría» por la eficacia que tuvo esta acampada en París, dieron un toque de alerta a las administraciones y se quejaron de la falta de recursos económicos para poder garantizar la protección social de la población.

El concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Barcelona, Ricard Gomà, reconoció que el gasto de protección social en España «está lejos de la media europea» y consideró un «reto» la necesidad de «superar este déficit estructural».