El presidente del PP catalán, Josep Piqué, aseguró ayer que «sería positivo» que su partido se integre en estas tres comisiones mixtas: la bilateral Estado-Generalitat, la de Asuntos Económicos y la de Infraestructuras y recordó que «históricamente las comisiones han integrado a todo el arco parlamentario».

Sin embargo, con el nuevo Estatut se romperá esta tradición, porque el Govern se opone a que la oposición forme parte de estos organismos con el argumento de que se trata de entidades «gubernamentales».Además, el Ejecutivo teme que la presencia de CiU o del PP bloquee la actividad de las comisiones.

El acuerdo para crear estos organismos, siguiendo el mandato del Estatut, se tomó el pasado lunes en la Moncloa durante el encuentro que mantuvieron el presidente del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, y el de la Generalitat, José Montilla.Para Piqué, el resultado de esta reunión no es más que «humo», porque no se alcanzó ningún acuerdo concreto.

Piqué aprovechó la rueda de prensa posterior a la reunión de la Ejecutiva de su partido, para poner de manifiesto «la inactividad» del Govern de Montilla.

«El nuevo tripartito no hace nada», aseguró y puso como ejemplo de su afirmación la «ambigüedad» sobre el resultado de la reunión mantenida el jueves entre el conseller de Educació, Ernest Maragall, y la ministra del ramo, Mercedes Cabrera, sobre la polémica de la tercera hora de castellano en Primaria, que se saldó sin que el Ministerio diera su brazo a torcer.

El líder del PP catalán criticó también la falta de acuerdo sobre la puesta en marcha del nuevo sistema de financiación para Cataluña previsto en el Estatut. Según lo previsto, este modelo tendría que entrar en vigor en 2008, pero el Ministerio de Economía quiere aplazarlo. Montilla no logró durante la reunión del lunes arrancar a Zapatero una promesa de que acelerará el proceso.

Piqué se mostró convencido de que ésta va a ser la tónica del Govern tripartito durante los próximos meses. En su opinión, el Govern se mantendrá inactivo y no acudirá con nuevas reclamaciones a Madrid, ya que el PSC no quiere dar ningún paso que pueda perturbar a José Luis Zapatero hasta que se celebren las elecciones generales, previstas, si no hay anticipo, para el mes de marzo del año que viene.