Juan Velasco, a sus 29 años, romperá esta noche la increíble media de edad de la defensa del Espanyol. En cualquier otro partido, con el hoy sancionado Zabaleta ocupando el lateral derecho, la zaga blanquiazul registraría el espeluznante promedio de 21,5 años de edad. Si se incluye al portero, Kameni, la cifra es de 21,6. Es la línea de contención más joven de la Liga con diferencia. Sin ir más lejos, la defensa que plantará el Barça en Montjuïc promedia 29 años. Los principales responsables de tanta precocidad son Javi Chica (21 años) y Marc Torrejón (20).Son la gran revelación, dos chavales que aparecieron en Peralada para ver si sonaba la flauta y hoy son fijos en el once de Valverde.
«Alguna vez hemos hablado sobre lo pronto que hemos entrado en el equipo. Era algo impensable a principio de temporada, pero al fin y al cabo esto es por lo que hemos estado luchando», admite Chica, barcelonés, estudiante de INEF, jugador del Espanyol desde la categoría alevín. «Sí, somos muy jóvenes y no tenemos experiencia en Primera, pero si no nos dan oportunidades nunca tiraremos hacia arriba. Nuestra defensa funciona bien, así que nadie tiene que preocuparse por eso», argumenta.
Se nota que Chica aún no se ha impregnado de la arrogancia del futbolista de élite -es justo reconocer que en el Espanyol hay pocos infectados-. Después del entrenamiento sale risueño del vestuario, viste un chándal, habla con la gente y bromea antes de marcharse con unas cajas de zapatos en las manos. Se sorprende cuando tres o cuatro micrófonos se amorran a su boca. «¿Todo esto es para mí?», pregunta aturdido.
Sobre el césped, Chica aparta su timidez y muta en un lateral izquierdo soberbio, puro músculo y sacrificio. Entró en el equipo porque David García y César Peixoto se lesionaron, pero parece improbable que pierda la titularidad en favor de uno de ambos cuando obtengan el alta médica. Y eso a pesar de que su posición natural es el lateral derecho. «Pero surgió la oportunidad y jugué en la izquierda. Me voy acoplando, pero es difícil», señala.«Tengo menos manejo de balón, me falta tacto. Pero quizá tenga más posibilidades de progresar en esa posición». Tal vez Valverde lo ubique esta noche en su flanco natural para acometer la ardua misión de detener a Ronaldinho. «Es un jugador impredecible, pero no le tengo miedo. En el campo todos somos jugadores y todos podemos fallar», explica.
Torrejón es un tipo discreto a pesar de su imponente percha.También es barcelonés y también es blanquiazul desde alevines.Estudia un grado superior de Gestión comercial y Márketing. Cuando regresó de su cesión al Málaga B, éstos dijeron: «Dadle cinco partidos como titular y ya no lo quitaréis». Valverde aplicó el consejo y acertó. La alternativa en el central es el veterano Lacruz, quien demostró muy poca fiabilidad en sus primeros partidos en Montjuïc. Hoy, Lacruz se gana más el sueldo por adiestrar a Torrejón y a Chica que por jugar partidos. Sin embargo, ambos reconocen que «el líder» de la zaga es Dani Jarque. Con 24 años recién cumplidos y comandando a toda una defensa. Así es la idiosincrasia del Espanyol.
«Seguramente Jarque es para mí lo que Lopo fue para él. Me da consejos, me corrige cuando cometo fallos y me advierte», afirma Torrejón. Tuvo un inicio titubeante, pero ahora forma junto a Jarque un dúo de garantías. «Es importantísimo tener minutos, porque te permiten crecer más rápido». Tampoco le teme al Barça, si bien reconoce que «con la calidad de su ataque, será fundamental mantener la concentración y hablar mucho».
Chica y Torrejón son las dos últimas perlas de la inagotable factoría de defensas del Espanyol. Quizá falten goles, pero por contención no será. Juventud blanquiazul como antídoto a la magia azulgrana. Ahora sólo falta que funcione.