Y, además, juega al fútbol. ¿A qué? Hollywood está demasiado ocupado con su ego, como confirmó el humorista Jay Leno el jueves por la noche al anunciar en su programa la llegada de Becks al Galaxy. «Ni siquiera sabía que Los Angeles tuviera equipo de fútbol», bromeó. Pues sí, lo hay. Aunque parece que poco importa.

Cierto es que el impacto de Beckham en el Galaxy se hará notar -a las dos horas de salir la noticia, el club angelino anunció que ya había vendido un par de miles de abonos para la temporada-, pero será en la vida social donde el futbolista inglés y su señora harán más ruido. Al menos, eso es lo que se espera visto el debate que ha surgido sobre dónde estará su futura residencia -aparentemente ya existen fotos de Victoria Beckham a la caza del ladrillo-, y la conveniencia de compartir amistad con el actor Tom Cruise, especialmente para ella. ¿Será para conseguir un programa de televisión sobre moda?, ¿o por qué no para transformarse en actriz? A saber.

De momento, Victoria ya ha sembrado y parece que sus pasos van encaminados hacia el mundo de la moda. Diseñó una línea de pantalones vaqueros para la empresa Rock and Republic de Culver City -un barrio de la zona oeste de la ciudad-, y ha creado su propio sello, DVB Style, además de haber paseado su estilizado palmito en diferentes desfiles locales. Por su parte, Beckham, además de sudar la camiseta, es posible que explore la posibilidad de ponerse delante de la cámara, y Variety asume que su debut puede venir de la mano de Disney, propietaria de la cadena ESPN que tiene los derechos de la Major League Soccer (MLS), la liga de fútbol profesional estadounidense, hasta el año 2014. Pero eso será a partir del mes de junio. Hasta entonces, deberán buscar alojamiento.

Aunque de momento no han comprado nada, es posible que la pareja ponga los muebles en el llamado triángulo de platino, la zona delimitada entre Beverly Hills -el archiconocido criadero de consumidores de lujo compulsivos-, Bel Air -otro de los barrios más exclusivos-, y Holmby Hills -donde vivía Aaron Spelling, el multimillonario productor de televisión y dueño de una de las mansiones más grandes del país-. Malibú, donde los incendios son tan numerosos como los residentes con apellido cinematográfico, parece una opción más remota para la pareja.

Según las palabras del broker inmobiliario de los ricos y famosos, Bruce Nelson, a Los Angeles Times, los Beckham podrán desembolsar entre ocho y 25 millones de dólares por una choza en condiciones. Pecata minuta para la cuenta corriente de Becks -y más ahora que recibirá, dicen, más de 200 millones de euros en los próximos cinco años-. Pero no será cuestión de dinero, sino de disponibilidad.

«Ahora no hay muchas cosas», asegura Nelson. «Igual tienen que comprar una casa que no está en venta», agrega el promotor. Seguramente una vivienda estilo mediterráneo, como gustan llamar a las casas que menos insultan a la estética, para protegerse del alud de paparazzi que ya les espera. Si Inglaterra y Madrid eran como dos granos en las posaderas, Los Angeles puede convertirse en toda una infección.

Nada más confirmarse la noticia, X17 Inc., una de las agencias más grandes de fotos de famosos, asignó un equipo de cinco fotógrafos a la pareja. Desde Access Hollywood, un programa de cotilleo de la cadena NBC, por boca de una de sus productoras, de nombre Ryan Patterson, confirmaron el revuelo que los Beckham causarán. «Es algo muy importante, hemos tenido mucha gente de la oficina presentándose voluntaria para cubrir los temas relacionados con ellos», confirmó.

Y es que la pareja Beckham es el apósito perfecto para una ciudad -y un país- totalmente obsesionado con la fama, saturado por las extravagancias del trío la-la-la -léase Britney Spears, Paris Milton y Lindsay Lohan-, y desencantado con la nueva estrategia evasiva que tanto los Cruise como Brad Pitt y Angelina Jolie han aplicado con relación a sus respectivos retoños -naturales y adoptados-, alejándolos de las garras de los medios sensacionalistas. «Tienen el potencial de convertirse en la pareja de moda de Hollywood», revela Ken Baker, editor de la costa oeste del semanario sensacionalista US Weekly. «Llenarán un vacío y eso nos llena de satisfacción», confirma a continuación.

Sin embargo, tendrán que currárselo. «No son como Britney (Spears)», dice Harvey Levin, editor de la web de cotilleo TMZ. «No pueden esperar que llegando aquí, tengan el mismo impacto que en Inglaterra». Como solución, Levin les aconseja «socializarse y dejarse fotografiar en los saraos con los apellidos más ilustres de la ciudad», los llamados A-list celebrities, algo así como los famosos de la lista A. Y, además, ser interesantes según los parámetros hollywoodienses. Es decir, ser como son, celebrando ostentosas fiestas privadas, paseando esos palmitos tatuados y morenos o retocados por la cirugía estética. Ser como los nuevos ricos que llegan a esta parte del mundo para codearse con lo famosos, porque, aunque Beckham lo lamente, aquí el fútbol es lo de menos.