MIKEL ARTETA
Saludos desde San Sebastián, ciudad donde nací y a la que siempre me gusta volver. Aprovechando mi sanción -tengo cinco amarillas y no puedo jugar contra el Reading-, le pedí permiso al entrenador, y él, que es un crack, me dio libre desde el miércoles hasta el lunes. «Vete con tu familia, desconecta y no hagas el gamba», me dijo. La verdad es que David Moyes es un fenómeno. Entiende que al jugador no sólo le hace falta entrenar duro, sino también, cuando es posible, olvidarse un poco y pensar en otras cosas. Se agradece no tener que suplicar para lograr estos días de descanso, que ya los necesitaba.
Así también se motiva a un jugador. Estar con los amigos, ir a comer con ellos, con la familia, mi madre, ver a los abuelos, pasear con mi perro Bras por la Concha... Todo eso limpia la mente. Los entrenadores lo saben. Leo estos días que Luis Fernández ha levantado el ánimo del vestuario del Betis. No me extraña. Para eso es único. Cuando estábamos en el París Saint-Germain, tenía una táctica casi siempre infalible para motivar al vestuario. Para eso, el machote es único.
Si íbamos empatando en casa, por ejemplo, nos decía: «Vamos chicos, si ganáis os doy libre el lunes». Al ratito: «Venga, que no, que os doy también el martes». Y al ratito: «Venga, y el miércoles entrenamos por la tarde y os preparo una pachanga». Salíamos como motos y ganábamos. Todo para poder ir a casa.
Hablando de motivación, ¿qué les pareció el Liverpool-Arsenal (3-6)? Era un placer ver la ambición de jugadores menores de 20 años, a los que se les da la oportunidad en un campo como Anfield. Disfruté un montón y me quedé perplejo al ver como la afición acabó aplaudiendo a los dos equipos. Por cierto, leo que Benítez ha fichado a cuatro jugadores de 16, 17, 20 y 21 años. Esa es la política de Wenger, con muchos frutos para un proyecto tan arriesgado en el fútbol actual.
Mikel Arteta es jugador del Everton.
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