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«Los desaparecidos no están, no existen, no tienen entidad» (Jorge Rafael Videla) |
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EL FUTBOL DEL MUNDO |
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Ronaldo, en el agujero blanco |
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DAVID ESPINAR
Werner Heisenberg fue un científico brillante cuya contribución fundamental a la teoría cuántica fue la formulación del principio de incertidumbre, cuyo enunciado viene a decir que es imposible determinar simultáneamente y de forma precisa la posición y la cantidad de movimiento de una partícula. Alejado de la teoría cuántica y cercano a otras formulaciones relativas al caos, Ronaldo conoce, sin proponérselo, unos grados de incertidumbre a su alrededor que podrían definir prácticamente lo que ha sido su vida deportiva de los últimos años. Por ejemplo, llamado a batir la marca goleadora de las fases finales de la Copa del Mundo, al delantero se le descubrieron problemas en los pies, en la cabeza, en su peso, con el seleccionador, sus compañeros, su novia, el presidente de Brasil, un cantante de rap y algún que otro familiar locuaz que, desde su país, criticó la actuación de su pariente. Sin embargo, pese a que la selección brasileña no hizo un buen papel, Ronaldo se convirtió en el máximo realizador de la historia de los Mundiales.
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Convivencia. En un Real Madrid convulso durante las últimas temporadas, se ha señalado habitualmente a este personaje como causa de muchos de los males que han afectado a la institución. Cuando la situación se convierte en problemática, mala cosa es buscar culpables en lugar de soluciones, pero la verdad es que Ronaldo ha estado más en la primera categoría que en la segunda, algo impensable en su transitar previo a su etapa en el club. Sólo en su última campaña en el Inter tuvo problemas de convivencia con el entrenador, después de dos años de inactividad por sus lesiones: reapareció en el Mundial de Japón y Corea, ganó el título, fue el máximo goleador y nombrado el mejor jugador de la competición.
Responsabilidad. Parece que ese futbolista ha desaparecido del mapa, engullido por un agujero blanco, que no deja escapar ni la luz de sus estrellas. Es que la figura de Ronaldo vende mucho, tanto en la riqueza como en la pobreza, argumentan. Perseguido por las expectativas, rara vez ha girado la cara a la responsabilidad, pese a que esas esperanzas se antojen desmesuradas. Un muy alto responsable del Madrid actual visionó una campaña exitosa: «Como la media de Ronaldo en su carrera es de 0,72 goles por partido, este año marcará 27 y así ganaremos la Liga», pronosticó. Ante semejante revelación, es muy comprensible la decepción que, a día de hoy, debe sentir ese romántico del fútbol, que vio una luz al final de ese túnel de partículas que suponía una temporada con medio equipo nuevo, problemas en las urnas, un patrocinador que quiebra, un Barça heroico, nula estrategia de comunicación, una oposición muy activa y, ahora, un equipo que no consigue resultados. En todo caso, ahí está Ronaldo. Por las cosas que hace y las que deja de hacer, en el principio de incertidumbre.
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