ANDREW CLARK. The Guardian/EL MUNDO
NUEVA YORK.-
Sólo dos días después de revelar el nuevo iPhone ante un mundo boquiabierto, el jefe ejecutivo de Apple, Steve Jobs, ha tenido un duro aterrizaje en la realidad. Jobs se enfrenta a nuevas acusaciones respecto a su implicación en la supuesta manipulación de opciones sobre acciones de su compañía.
Ayer se supo que las autoridades federales están investigando las opciones sobre acciones adjudicadas al propio Jobs en octubre de 2001. Al parecer, la fecha de entrega de las acciones fue manipulada para asegurarle una revalorización de, al menos, 20 millones de dólares.
La autoridad bursátil de EEUU y los fiscales de San Francisco quieren saber por qué los registros de Apple indican que esta recompensa fue aprobada en una reunión extraordinaria del consejo de la compañía cuando tal cita nunca tuvo lugar.
A medida que ayer se conocían nuevos detalles del escándalo, las acciones de Apple se desplomaban un 2,1%, dilapidando parte de las ganancias obtenidas cuando la compañía desveló su nuevo teléfono móvil en la conferencia MacWorld de esta semana.
Los analistas están preocupados por si el escándalo se lleva por delante a Jobs, a quien se considera un líder carismático que ha sido la principal fuente de inspiración del renacimiento de Apple. Los expertos de Wall Street piensan que la compañía podría perder hasta una quinta parte de su valor de mercado si Jobs abandona.
The Recorder, una publicación legal de California, ha revelado que una joven abogada de Apple, Wendy Howell, falsificó documentos para encubrir los cambios en las opciones sobre acciones de Jobs. Howell fue despedida, pero su abogado indicó que actuó siguiendo órdenes superiores.
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