CARMEN LLORENTE
Los fondos de inversión pierden atractivo. En 2006, un año de bonanza en los mercados financieros -especialmente en las Bolsas y en las materias primas- los partícipes retiraron 2.435 millones de euros. Así, según los datos de Inverco, la asociación del sector, los inversores realizaron suscripciones (compras) por 175.000 millones de euros, mientras que protagonizaron reembolsos (ventas) por 1.77.500 millones. De no ser por la revalorización obtenida, el patrimonio de estos productos financieros hubieran concluido el año con pérdidas.
El volumen de activos gestionados por los fondos de inversión se situó, al concluir 2006, en 254.306 millones de euros, lo que supone un crecimiento en el año del 3,5%. Por su parte, el número total de partícipes alcanzó la cifra de 8,81 millones, con un aumento del 3,1%. Unos mediocres incrementos que dentro esconden una sorpresiva retirada del capital.
Los fondos que invierten en renta fija española han protagonizado las principales retiradas de dinero, ya que el saldo neto entre entradas de dinero y salida en estos productos arroja un saldo negativo de 8.000 millones de euros. Una retirada que, sin duda, se explica por la escasísima rentabilidad que ofrecen estos productos, desde hace años negativa en términos reales, es decir, descontando la inflación.
Así, los FIAMM o fondos monetarios cerraron 2007 con un rendimiento del 1,95%; los FIM de renta fija a corto plazo, del 2,15%; y los de largo plazo, del 0,31%. Por su parte, el IPC se situó en diciembre en el 2,7%.
Los otros grandes perdedores han sido los fondos garantizados de renta variable. Los partícipes retiraron de estos productos 3.444 millones de euros, una desinversión provocada también por su escasa rentabilidad. En un año en el que la Bolsa española se revalorizó un 32%, estos fondos, supuestamente con exposición al mercado de acciones, cerraron con un rendimiento inferior al 5%.
Pero, curiosamente, los fondos de renta variable española también han sufrido la retirada de inversores, pese a que 2006 fue un de los mejores años de la historia de la Bolsa de Madrid. En concreto, perdieron 23.000 partícipes y 1.500 millones de euros.
Los gestores explican este balance negativo por la creciente internacionalización de los fondos españoles. La globalización está calando entre los españoles que prefieren diversificar sus inversiones a otros mercados y países.
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