El portavoz de la formación ilegalizada Pernando Barrena compareció ayer en San Sebastián para desmarcarse de una manifestación que calificó de «fraude» y que, en su opinión, «ha sido cocinada en Madrid» por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, con el objetivo de refrendar «la posición mantenida por el Gobierno español en estos últimos 10 meses».

Acompañado por Joseba Permach, Imanol Iparragirre y Joana Regeiro, Barrena criticó que la manifestación se ha convertido en un acto «excluyente», ya que «prioriza objetivos de partido por encima de la viabilidad del proceso». «Y no aporta nada en absoluto a la paz», añadió.

El dirigente abertzale contrapuso la primera convocatoria realizada por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, con la definitiva y aseguró que son «completamente distintas». Así, la primera marcha, bajo el lema Paz y Diálogo, tenía, para Barrena, un contenido «adecuado» para «crear condiciones de viabilidad para un proceso político de resolución». Por ello, la formación decidió sumarse a la misma, destacó.

Por contra, la nueva convocatoria tiene para Batasuna un «formato absolutamente diferente» ya que, según resaltó Barrena, pivota sobre «la agresión contra un único agente del proceso político». «Es un gran fiasco a la sociedad vasca», añadió.

Barrena negó que un supuesto «miedo escénico» a compartir espacio con los socialistas haya pesado en su decisión. «De miedos escénicos, poco, y menos a compartir nada con el PSOE, porque ya hemos compartido años de diálogo privado», aseveró. En este sentido, mostró su disposición a retomar el proceso emanado de estas conversaciones y aseguró que Batasuna sigue «manteniendo la mano tendida a todos los agentes políticos, institucionales y sociales que en estos momentos quieran trabajar por la viabilidad de un proceso político para todos los vascos».

Se refirió, en este punto, a los «pasos» que está dando la izquierda abertzale en este camino y aseveró que el mayor de todos ellos es «concebir la situación actual no como una ruptura de nada», sino como «una crisis que tiene que ser superada a la mayor brevedad posible».

Dedicó también parte de su intervención a encomiar el comunicado realizado por ETA el pasado martes ya que, a su juicio, «se reafirma» en el alto el fuego del 22 de marzo y «subraya que la tregua continúa en plena vigencia».

Por su parte, el sindicato LAB justificó su renuncia a acudir a la marcha por no querer «aportar más tensión, ni caer en provocaciones». En la misma línea que Batasuna, la dirección del sindicato consideró que el cambio del lema pretende «una vez más» realizar «una lectura unilateral de la situación política y de las responsabilidades ante la misma».