Tenía 14 años en 2003, cuando llegó a España desde Marruecos, escondido en los bajos de un camión, huyendo de los malos tratos de su padre. Dos años después, fue repatriado. Ahora, los abogados del menor marroquí han conseguido anular, en primera instancia, esa orden de expulsión.
Vino a España en busca de un futuro más prometedor y el próximo mes de octubre cumplirá la mayoría de edad. Mientras tanto, continúa su formación en un centro para menores madrileño, a la espera de que la Justicia se pronuncie sobre el recurso presentado tanto por el Abogado del Estado, como por la Comunidad Autónoma de Madrid y la Fiscalía en contra de la anulación de la orden de repatriación.
Un fallo del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 25 de Madrid, al que tuvo acceso la agencia Efe, dejó sin efecto, «por no ajustarse a derecho», la resolución de la Delegación del Gobierno de Madrid por la que se procedió a la repatriación del menor.
Considera la sentencia que sólo procede la repatriación de un menor cuando conste que efectivamente esa medida es la que más le favorece y alega que, en este caso concreto, no había quedado acreditado que la reagrupación familiar fuera la mejor solución, porque la situación de su hogar en Marruecos «es de total desestructuración en todos los aspectos, e incluso de maltrato».
Su abogada, Elena Arce, explicó ayer que éste es sólo un ejemplo de los muchos casos de repatriaciones de menores extranjeros no acompañados, sobre todo procedentes de Marruecos, que se realizan vulnerando «sistemáticamente» los derechos de los chicos.
Investigación
Arce expresó su perplejidad ante el hecho de que, en un caso como el de este menor, en el que están documentados los malos tratos que recibía en su casa por parte de su padre, el fiscal no haya iniciado «la más mínima investigación» y se obceque en su repatriación.
El muchacho, que desde su llegada a España en 2003 ha cambiado varias veces de centro y que tiene permiso de residencia, fue sacado de su domicilio en noviembre de 2005 por siete policías para su repatriación a Tánger.
Gracias a la intervención de Arce, el menor, que seguía en posesión del permiso de residencia, regresó en mayo de 2006 a España, donde sus abogados comenzaron los trámites para que la orden de repatriación fuera anulada, un propósito conseguido ahora, en primera instancia.
Este episodio se suma a los que tuvieron lugar el pasado jueves cuando un juez evitó la repatriación del menor cuando se subía al avión, mientras que otro no tuvo la misma suerte y fue expulsado a Marruecos. Ocho policías nacionales y un miembro de la Comunidad de Madrid acudieron en la noche al piso de acogida de los padres mercedarios y se llevaron al aeropuerto de Barajas a los dos chavales tutelados por el Estado.