El dato lo ha elaborado el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA) de Andalucía en su barómetro de opinión pública correspondiente a 2006, que se hizo público ayer en Sevilla.

El desconocimiento del motivo central de la presente legislatura en el Parlamento y de la disputa política en los últimos 12 meses es un indicador de la lejanía con que la opinión pública percibe todo lo relacionado con el Estatuto de Autonomía.

Hace un año, en la encuesta de 2005, los sociólogos tuvieron que excluir a todas las personas que decían desconocer el Estatuto de las respuestas orientadas a conocer el estado de opinión respecto de su reforma. Y el 54,8% de los encuestados entonces declaró abiertamente desconocer el contenido del texto marco de la autonomía política andaluza.

En el sondeo demoscópico de noviembre de 2006, sobre un universo de 3.706 entrevistados, los científicos del IESA han agrupado bajo el epígrafe de dudosos al 42,1% de la población andaluza que no sabe aún si se quedará en casa el domingo de Carnaval o acudirá a las urnas. El 49,1% que declara que «irá a votar con toda seguridad» le sirvió ayer a Manuel Pérez Yruela, director del instituto sociológico, para situar en el 50% la proporción del electorado que se tomará la molestia de dar su beneplácito al texto pactado por los políticos del arco parlamentario a excepción del PA.

¿Por qué el 50%? Décima arriba, décima abajo, ése fue el porcentaje que votó en Cataluña en junio (49,4%) y el que ratificó el Estatuto vigente en 1981 (53,5%). Así que no hay riesgo de equivocarse demasiado poniéndose el listón en la mitad de los llamados a las urnas.

Eso sí, el entusiasmo que declaran los encuestados dispuestos a votar no admite dudas a tenor de los datos ofrecidos ayer. Así, el 69,9% votará a favor, el 6,9% en contra y el 23,5% se abstendrá.