C/ Modesto Lafuente, 64. Metro: Río Rosas. Horario: cerrado domingo. Precios: menú, 29,50 euros. A la carta, desde 35 euros. Tel.: 91 533 41 54.
Hace siete años que la ciudad de Buenos Aires, el barrio de Palermo, vio cómo se abría un restaurante discreto que invitaba a disfrutar de los sabores del sudeste asiático sin moverse de la mesa. Fue la casa madre de lo que desde hace unos meses reside en el madrileño Chamberí . Una esquina discreta que no permite augurar lo que dentro se encuentra: varias mesas apillanas entorno a una minúscula barrita. Al fondo de ésta, la cocina. Eso sí, cada una de las mesas repletas de comensales. Hay que reservar. El espacio es pequeño, la capacidad apenas permite 30 bocas y la fama... se la está ganando a pulso ¡y con razón!
Precisamente un argentino, Estanislao Carenzo, cocinero y gerente de esta idea, dirige la normalidad de esta casa. Una normalidad tan excelente que es de agradecer. Excelente en la materia prima, en el recetario que se canta en la carta y excelente en la pequeña y sencilla carta de vinos que es más que una sorpresa. En esto último ha tenido mucho que ver el compañero periodista experto en vinos, Federico Oldenburg. Tan pronto te puedes deleitar con blanco manchego, un vinos de Priorato como con el cabernet sauvignon de la India.
De la carta, apetece pedirlo todo. Eso ya es una garantía. No hay fusiones. Lo que lees es tal cual, como la receta original de país de procedencia, ya sea Malasia, China, Vietnam... de la cocina vietnamita y de Laos se encarga Tien, del resto Estanislao y otros cocineros argentinos. Excepcionales los rollitos vietnamintas, los curries tailandeses, los dim sum o el cordero con arroz, excesivamente picante.
Y además... un equilibrio sorprendente entre la calidad y el precio.
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