Sábado, 13 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6236.
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 MADRID
La mala vida / / El padre de Sofía Mazagatos, que se ha lanzado al ruedo del chisme, dice que a ella no le interesan los pobres / Estamos ante un nuevo caso de pareja de famosos: la pareja de trinque y censura
El amor en los tiempos del burofax
ANGEL ANTONIO HERRERA

LUNES, 8

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Sofía Mazagatos vivía en Conde de Orgaz, y ahora vivirá en la Alameda de Osuna, o por ahí. La mudanza viene obligada porque a Sofía le ha dado portazo la ley, que devuelve el chaletazo de Conde de Orgaz al que siempre ha sido su propietario, José María González de Caldas, novio en su día de la chica. Mazagatos es que suele fracasar doblemente. Primero, en el amor. Y después en el registro de la propiedad. Ahora vivirá en un adosado de la Alameda de Osuna, que no es la choza de oro de Conde de Orgaz, pero ya la quisiera cualquier Miss de las que van a más, que son todas. Porque Sofía fue Miss, años ha, y el gentío entonces se puso de acuerdo en lo mismo que se pone ahora: es una señorita muy fina. Finísima. Achampañada, digamos. Luego, ha sido modelo bien pagá, y hasta puso una escuela del asunto, junto a Mar Flores, una escuela donde sólo la vieron en la tarde de la inauguración, que debió ser, según ella, la única tarde en que tenía algo que enseñar, porque había fotógrafos a granel. Sus alumnas quizá no hicieron carrera, pero ella sí. Formó parte, durante una temporada, de la cantera pospartido del Real Madrid, yendo y viniendo por ahí con Pedja Mijatovic, que entonces no era mandamás de Ramón Calderón sino pichichi de la noche madrileña. Sofía ya tenía experiencia en el asunto -al tema futbolístico me refiero-, porque antes sostuvo un largo y público romance con el citado José María González de Caldas, entonces presi del Sevilla, del que le quedó el mal recuerdo de ese chalé en Conde de Orgaz y un Mercedes que imagino que ya será chatarra sentimental y de la otra. Lo que pasa con Sofía Mazagatos es que siempre que pierde un novio pierde un chalé, que es como decir que cuenta los novios por chalés, lo que no quiere decir que cada chalé le parezca un novio o a lo mejor sí. Estas rubias gastan mucha imaginación. O muy poca, según se vea. Su padre, que ahora se echa al alegre ruedo del chisme, dice que a Sofía no le interesan los pobres. A lo mejor por eso a Sofía no le interesa su padre. O dice que no le interesa, porque padre no hay más que uno, aunque vaya a Salsa Rosa u otra tómbola del género. Con el último novio, Max Badiji se trae la chica un enredo de reclamaciones y reproches que no hay quien entienda.

A mí cuando más me gusta es cuando habla del maravilloso mundo de la interpretación. Porque Mazagatos rodó una peli allende los mares, de monja o algo así, que nadie ha visto, y luego fue una estrella del cameo teatral junto a Arturo Fernández, con la obra Smoking. Hasta cumplió una temporada en Nueva York, donde tuvo apartamento de soltera, donde compraba el Washington Post no sé si sólo para hacerse fotos, y donde conoció el Actor's Studio, no sé si sólo por fuera.

Cambias de barrio, Sofía, pero no nos dejes nunca, y ni caso a esos envidiosos que dicen que de actriz sólo tienes el morrito a lo Bardot y que de inglés sólo sabes dar las gracias.

MIÉRCOLES, 10

Pedro Ruiz presenta su espectáculo Pandilla de mamones. La cosa es en el teatro Reina Victoria. Al show le vienen Isabel Gemio, María Teresa Campos, Baltasar Garzón, Pepe Navarro, El Bola, Mar Flores y más gente de diversa vitola. Richy Castellanos pastorea al personal, como siempre. Para los reporteros del chisme, dos son los protagonistas a cazar: Francisco Rivera y su novia, Blanca Martínez de Irujo. Francisco y Blanca han pasado varias etapas, casi contrarias, con la prensa depredadora. Una fase primera de secreto de la relación. Una segunda de consentimiento del chisme diverso y hasta malvado. Y una tercera de buen rollo con los cotillas, que es en la que andan ahora. Ya incluso despachan a los curiosos por separado, en plan rueda de prensa, él en una esquina, sin quitarse la bufanda, y ella en otra, sacudiendo la melena de chica de buena familia. Ahora el hall de los teatros es el coto de caza de Aquí hay tomate.

En cuanto a lo de Pedro, lo suyo de siempre. Un cruce de gamberrismo y aforismo.

JUEVES, 11

Ahora resulta que hay que vigilar de noche a los futbolistas del Real Madrid. De modo que el mal no es que estos metrosexuales no jueguen nada de día, según vamos viendo, sino que juegan mucho de noche, según no vamos viendo. Decía Gómez de la Serna, un galáctico del aforismo, que «la noche enturbia mucho la biografía». Pues eso.

VIERNES, 12

Gina Lollobrigida y Javier Rigau. Ana Obregón y un tal Darek. Ellos son jóvenes y ellas no. O no tanto. Ellas son famosas y ellos no. O no tanto. Porque todo se andará. He aquí dos parejas exóticas de estos últimos días. Son dos parejas de tres, en rigor, porque cada una de ellas consta también de un abogado o abogada que advierte a los periodistas que se abstengan de hacer comentarios al respecto. Interpreten ustedes lo de «comentarios al respecto», que acertarán. Primero estas parejas salen en el ¡Hola!, a todo cromo, y enseguida sale un abogado digno de mejor causa que quiere callar la boca a quienes hacen crónica o chisme. Estamos ante una modalidad peligrosa y deplorable, ésta de la pareja de tres, que da su propia noticia, que suele ser un publirreportaje, para de inmediato amordazar o amenazar con la mordaza a quienes hagan comentario al respecto. Hay que joderse. Como si ser musa de portada fuera cosa distinta a ser musa de peluquería. Estamos ante un nuevo caso de pareja de famosos, la pareja de «trinque y censura», que es una pareja de tres que reparte el trabajo con abogados o abogadas muy dados a salir en los papeles o en la tele, esos papeles o esa tele que tanto repudian para ellos o sus clientes.

El abogado de Javier Rigau, que es el chico que entró en nuestras vidas porque posó de novio de Gina en la portada de ¡Hola!, bajo voluntad propia, ha pedido medidas cautelares para que nadie aluda con sorna, ironía o cachondeíto a su cliente, que por lo visto ya no se casa, según contó él mismo. El abogado del tal Darek ha solicitado que se decapite a su cliente en las fotos que ahora se orean por ahí, porque su cliente quiere preservar su intimidad. Hablamos de un bigardón que sale con Anita en la portada de ¡Hola! en estos mismos días. El que va viviendo una popularidad por la cara quiere que la cara ahora no salga. O por decirlo mejor: que no salga cuando él no quiera. Estamos en los tiempos del burofax intimidatorio, que pretender aliviar del chisme a los que lo perpetran y propagan. Previo pago de su importe, naturalmente. El gogó de Anita será muy mono, pero me temo que no ha entendido el negocio. En cuanto a lo nuestro, o sea, lo de callarnos, pues lo de siempre: como el que oye llover.

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