En la casa de Elsa Marta Sosa ya no cabe un alfiler. Familiares, vecinos y amigos han venido a acompañarla en un momento en que el dolor y el júbilo se entremezclan. Elsa es la viuda de Héctor Fagetti, por cuya desaparición -hace tres décadas- el juez Héctor Acosta ha pedido la captura de la ex presidenta argentina, Isabel Martínez de Perón.
«Quisiera, de todo corazón, que las autoridades españolas respondan a la petición del doctor [magistrado] Acosta. Que la detengan y la envíen a Argentina para que responda no sólo por mi marido, sino por todas las barbaridades que se cometieron cuando ella gobernaba», dijo la mujer a Radio Mendoza, una emisora de la provincia homóloga.
Como muchos argentinos, Elsa Sosa estaba convencida de que, en cualquier momento, la Interpol o la policía española arrestarían a la mujer que presidió el gobierno de Argentina entre 1974 y 1976. Al llegar la noticia de que la detención se había efectuado, la mujer, de 50 años, y sus vecinos se dirigieron a la iglesia de Nuestra Señora del Ampara, donde se celebró una misa en memoria de su difunto esposo. Hector Aldo Fagetti, empleado municipal, fue detenido el 25 de febrero de 1976, en la localidad de San Rafael. Al mes siguiente fue liberado del cuartel del Batallón de Alta Montaña, sólo para que unos sujetos vestidos de civil le secuestraran a los pocos días en la vía pública. «Héctor tenía 26 años, éramos felices juntos. De él me quedó un hijo, los recuerdos gratos y el dolor. No quiero morir sin que se me haga justicia», se rasgaba la voz de Elsa al hablar con los medios.
Enterado de lo que había acontecido en España, el presidente argentino, Néstor Kirchner, se mostró agradecido con las autoridades de ese país: «La rapidez con que actuó la Justicia [española] sienta un precedente para todas las naciones. Hoy es claro que el tiempo no perdona a quienes han cometido delitos contra civiles indefensos».
Anteriormente, el jefe de Estado había declarado: «Hago votos para que los atropellos cometidos en aquellos años nefastos no queden en la impunidad».
Si bien el presidente argentino no quiso expresar su opinión sobre la decisión del juez Raúl Acosta, quien ordenó detener a la ex jefa del Estado y viuda de Perón, añadió que si la Justicia determinara que hubo terrorismo de Estado desde antes del golpe militar de 1978, sus responsables «también deberán ser juzgados», según informa la agencia Efe.
En unas declaraciones que publicaba ayer el diario Clarín, Kirchner afirmaba: «Nosotros queremos reconciliación, pero con verdad y sin impunidad. Por eso hay que conocer la verdad, sea cual sea. Y no puede haber impunidad para nadie».
En las declaraciones al diario Clarín, Kirchner admite que es posible que Isabelita Perón no tuviera aptitud para controlar las acciones criminales de la organización ultraderechista parapolicial Triple A. Este grupo era realmente liderado por su ministro de Bienestar Social, José López Rega. Sin embargo, el mandatario argentino aseguró que las responsabilidades institucionales «nunca pueden ser eludidas». Incluso el mandatario reveló que estuvo «detenido dos veces cuando Isabelita era presidenta».
Estas declaraciones de Kirchner son acordes con las realizadas por el ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien confirmó que en su Gobierno «no hay pactos de impunidad con nadie».
En declaraciones a Radio 10, que recogía la agencia Europa Press, Fernández señaló: «Cuando el presidente dijo que no dejaba sus convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno y que no iba a hacer pactos de impunidad con nadie comprendía a todos, también a la señora de Perón».
El ministro añadió que la comparecencia de Martínez de Perón «no es animosidad contra nadie» porque «no la tiene por qué haber», sino simplemente se trata de ver puntualmente lo que la Justicia está interpretando y en ese marco ajustarse a Derecho».