JAVIER ESPINOSA. Enviado especial
BAGDAD.-
Líderes del movimiento armado que dirige el clérigo chií Muqtada al Sadr elevaron ayer su tono retórico ante el anuncio de una posible ofensiva de tropas de EEUU contra sus milicias amenazando incluso con generar un alzamiento como el que protagonizaron en 2004 en Nayaf y Bagdad. Abdul Razzaq al Nidawi, un portavoz de Sadr en Nayaf, la ciudad donde reside el líder religioso, aseguró que «el pueblo americano tiene que evitar que sus hijos vengan a Irak o volverán en ataúdes». «El problema de Irak es la presencia norteamericana y si se incrementa su presencia se duplicará el problema. Rechazamos la nueva estrategia de Bush y pensamos que fracasará», manifestó Nidawi.
En Ciudad Sadr, el enorme arrabal chií donde habitan cerca de tres millones de personas y que controla de manera absoluta el llamado Ejército del Mahdi -así se denomina la milicia de Muqtada-, Yamal al Sudani, un dirigente local reconoció a este diario que en las últimas semanas su agrupación ha incrementado el reclutamiento de jóvenes ante lo que consideran una confrontación inminente con las tropas de ocupación.
«La gente está dispuesta a luchar como en 2004 y sólo estamos esperando las órdenes de los jefes religiosos», dijo. Los habitantes del barrio afirman que el miércoles aviones norteamericanos bombardearon una residencia del lugar matando a cuatro personas. Imágenes grabadas por la televisión local permitían apreciar cómo el habitáculo quedó literalmente reducido a escombros.
«Eran mujeres y niños. ¿Esos son los milicianos?», inquirió Sudani. «El plan de Bush es como los anteriores, pura morfina para callar al pueblo. En realidad son ellos los que no quieren la unidad de los iraquíes, sino dividir el país, y por eso promueven los enfrentamientos sectarios», añadió el jefe de los activistas locales.
Durante las últimas semanas la prensa iraquí ha alertado sobre la imponente amenaza que representa ahora el Ejército del Mahdi respecto a 2004, cuando no pasaba de ser un grupo alocado de milicianos sin mayor preparación militar. Los medios de comunicación aseguran que muchos de sus integrantes han sido entrenados en Irán por expertos de la Guardia Revolucionaria y han recibido sofisticado armamento, como fusiles para francotiradores, explosivos antiblindados y una cantidad ingente de cohetes y ametralladoras.
Ni siquiera en 2004 los soldados de EEUU pudieron obtener una victoria concluyente contra los activistas chiíes, siendo frenados en las complejas callejuelas de Ciudad Sadr por bombas ocultas en la basura e incontables emboscadas.
Mientras, el asalto de las fuerzas norteamericanas contra el consulado de Irán en Erbil se ha convertido en un nuevo motivo de controversia interna en Irak ante las protestas que llegó a presentar el propio ejecutivo kurdo que controla esa región, pese a que quizás sea el principal aliado de Washington.
En un comunicado que difundió el jueves, el gobierno de Kurdistán «condenó» el ataque americano «contra un consulado que disfruta de inmunidad» que dijo supone una «violación» de su «soberanía». «No aceptamos que se traiga a nuestro territorio las disputas con nuestros vecinos», añadía el texto, que admitía tácitamente que las tropas de EEUU actuaron sin permiso y sin avisar.
El asunto pudo incluso derivar en el primer incidente conocido en el que militares estadounidenses se enfrentan con milicianos kurdos cuando estos últimos se opusieron, armas en mano, a que los primeros detuvieran a más personas en el aeropuerto de Erbil, como reconoció el ministro de Exteriores iraquí, el kurdo Hoshyar Zebari.
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