TUNEZ.-
El Gobierno tunecino informó ayer de las operaciones policiales realizadas a finales de diciembre y principios de enero, reconociendo que tuvieron como objetivo desarticular un comando que se disponía a atacar varias embajadas, según Efe.
El ministro del Interior, Rafik Haj Kacem, admitió por primera vez que Túnez hizo frente a un comando terrorista de inspiración salafista llegado de Argelia y apoyado por cómplices tunecinos, que pudo ser desarticulado. A finales de diciembre, el Gobierno informó de una operación realizada en la periferia de Túnez contra un grupo de «peligrosos criminales», en la que resultaron muertos dos de ellos y se capturó a otros dos.
Un segundo comunicado oficial señaló que el 3 de enero se había desmontado el grupo de «criminales» en otra operación realizada en la localidad de Soliman, a unos 40 kilómetros al sur de Túnez, que acabó con la muerte de 12 individuos y el arresto de otros 15.
En ningún momento el Gobierno admitió que las personas muertas o detenidas eran integristas, en concreto de inspiración salafista, con implicaciones en Argelia y relaciones con la red terrorista Al Qaeda de Osama Bin Laden.
El mutismo oficial se justificaba por el temor a que estos hechos tuvieran un impacto negativo sobre el turismo, habida cuenta de que esa actividad es uno de los principales pilares de la economía tunecina. El ministro del Interior confirmó ayer las informaciones que circulaban en Túnez y habían aparecido en la prensa, en las que se definía al comando como un grupo yihadista dispuesto a llevar al país la guerra santa.
El ministro indicó que un primer grupo de seis individuos entró en Túnez procedente de Argelia con un importante alijo de armas y entró en contacto con 21 cómplices tunecinos.
En posesión del comando se hallaron planos con detalles sobre la ubicación de varias embajadas, que el ministro no precisó, aunque medios diplomáticos aseguraron que entre ellas figuraban las de EEUU, el Reino Unido y Arabia Saudí.
Asimismo, se descubrió en manos del comando una lista de diplomáticos que iban a ser objeto de atentados, sin que por ahora se conozcan sus nombres.
El Gobierno considera desarticulado por completo el comando terrorista, pese a lo cual en Túnez se mantiene un estricto dispositivo de seguridad que incluye controles en todos los puntos de acceso a la capital y retenes en torno a las misiones diplomáticas.
La filiación salafista del comando desarticulado y el hecho de que procediera de Argelia, apunta a una complicidad de la banda terrorista argelina denominada Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC).
Los servicios de seguridad argelinos han señalado en varias ocasiones que decenas de yihadistas tunecinos han sido reclutados por el GSPC y se les ha formado militarmente, tanto para incorporarse a la insurgencia iraquí como para cometer atentados en países europeos y magrebíes.
|