A la parálisis por la perífrasis, diríamos parafraseando a un veterano ministro ucedero. Lo que sea, con tal de no provocar la ira de quienes tienen por el mango la sartén del amonal y del mandato presidencial. Cada día un nuevo alarde de marketing político destinado a conseguir que la opinión pública perciba al PP y a las víctimas agrupadas en la AVT como culpables, por su intransigencia, de perturbar la paz que generosamente ofrecen De Juana Chaos u Otegi. De acorralar a ese bondadoso inquilino de la Moncloa que sufre en silencio la soledad del líder acosado por la barbarie extremista ...

Mientras el perverso Alcaraz se niega obstinadamente a poner la nuca para recibir el tiro de gracia -nos venden los altavocez zetaperos- y el aguafiestas Rajoy se aferra a «papelitos» como el Pacto suscrito con los socialistas cuando la serpiente era malvada, antes de que Eguiguren la amansara, las rosas blancas y los actores toman valientemente la calle para clamar contra la violencia, «venga de donde venga», se sobreentiende. ¡Qué asco!

Rosas amorosamente abrazadas a esa eficaz defensora de terroristas llamada Jone Goiricelaia. Comediantes enganchados a la subvención que el Gobierno obliga a pagar a las televisiones. ¿Cómo no va a molestarles la palabra libertad, cuya reivindicación implica un grado de dignidad completamente ajeno a quien se arrastra para suplicar lo que no es capaz de conquistar?

Ni en Madrid ni en Bilbao va a manifestarse hoy nadie para exigir la derrota incondicional del terrorismo etarra. Antes al contrario, las marchas convocadas pretenden respaldar a los Gobiernos español y vasco en su política de negociación. Pedir educadamente a ETA que nos perdone la vida. Hoy es un día fantástico para quedarse en casa.