Así, la terminal quedará sólo como edificio de salidas con una superficie aproximada de 3.500 metros cuadrados, mientras que al lado se construirá un edificio exclusivo para la facturación, de 4.000 metros cuadrados, que se situará entre esta nueva terminal y la de llegadas, inaugurada hace cerca de dos años.

Igualmente, se adecuarán las nuevas infraestructuras de la urbanización y se instalarán nuevos equipamientos, como dos hipódromos -cintas de transporte de maletas- y máquinas para la inspección de equipajes, informa Europa Press.

El anuncio se realiza la misma semana que la compañía de vuelos de bajo coste Ryanair afirmara su intención de instalar una base operativa en Reus, la tercera estatal, pero lo supeditaba a las mejoras de las instalaciones que ya estaban previstas en el Plan Director.

Por ello, el alcalde de Reus, Lluís Miquel Pérez, afirmó que la adjudicación de las obras se trata de «una muy buena noticia» para este aeropuerto «que es necesario para el desarrollo del Camp de Tarragona».

Según Pérez, la inversión se realiza al entender Aena que «se trata de un aeropuerto en pleno crecimiento», como reflejan los datos de 2006 cuando se transportaron 1.385.157 viajeros, con 24.894 movimientos de aeronaves y 5,9 toneladas de carga. Estos datos se prevé que se incrementen «notablemente» con los proyectos previstos por Ryanair.