Domingo, 14 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6237.
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A FONDO / AGRESIONES SEXUALES A MENORES
Cientos de infancias rotas por los abusos
VIRGINIA CASADO

El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales ya lo indicó en un estudio presentado hace apenas un mes: «De los cuatro a los cinco años, el porcentaje de niñas víctimas de abusos sexuales por parte de un adulto alcanza el 4,43%, mientras que en el caso de los varones se sitúa en un 2,24%. De los seis a los siete años, el porcentaje de niñas que padecen abusos asciende al 12,32% y el de niños al 6,72%». Las cifras son alarmantes. En Cataluña, desde 1992, la Unidad Funcional de Abuso al Menor del Hospital Sant Joan de Déu trabaja con el objetivo de ayudar, bajo un punto de vista asistencial, a niños que puedan estar sufriendo agresiones por parte de un adulto.Cada año atienden a más de 200 menores. El 40% de los diagnósticos confirman el abuso.

BARCELONA.- La inocencia no es siempre sinónimo de impunidad.Hace décadas que la sociedad sufre las consecuencias de una terrible espiral que afecta a sus miembros más vulnerables. El último informe publicado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales muestra un panorama demoledor: España registra más de 6.000 denuncias por maltratos infantiles, muchos de ellos a causa de abusos sexuales.Las cifras en Cataluña tampoco son nada halagüeñas. Según datos de la Unidad Funcional de Abusos Sexuales y Maltratos al Menor (UFAM), cada año acuden a este servicio del Hospital Sant Joan de Déu más de 400 niños por supuestos abusos por parte de un adulto.

Esta unidad, pionera en el resto del país en la asistencia a posibles niños víctimas de abusos, se enfrenta cada día a múltiples incógnitas. La imposibilidad de definir la veracidad de la historia del menor en una sola visita provoca la necesidad de marcar una serie de pautas con el fin de conocer qué le pasa realmente al paciente y proceder a los protocolos adecuados para descubrirlo. «Cuando hay un motivo de consulta por un supuesto abuso, automáticamente el hospital conecta con el departamento de Trabajo Social que actúa como filtro. En otras palabras, somos la vía de acceso a la UFAM», explica la asistente social Cristina Macías, miembro de la Unidad. «Es entonces cuando debemos hablar con profundidad las familias para que nos expliquen qué ocurre y así descubrir si realmente es una situación que no hay que atender en la UFAM o si bien conviene derivarlo a un servicio de psicología infantil» añade.

En el momento que desde Trabajo Social se decide que el niño debe ser valorado en la Unidad ante la sospecha de que realmente ha sufrido abusos «se genera un trabajo multiprofesional con pediatras y psicólogos que, tras diversos exámenes terapéuticos, realizan un diagnóstico adecuado», concluye Macías. Es el momento en que comienza la labor de los pediatras. «En un año, de los 400 niños que se presentan junto a sus familiares ante nuestro servicio social, de ellos en pediatría vemos aproximadamente a unos 200» afirma Jordi Pou, pediatra y coordinador de la UFAM.«Por el contrario, esto no quiere decir que todos ellos hayan sido víctimas de algún tipo de maltrato sexual. De los diagnósticos finales llegamos a la conclusión de que el abuso se produce aproximadamente en un 40% de los casos». Según Pou, «cubrimos la parte médica de la salud del menor, si presenta o no síntomas que puedan hacernos sospechar que ha padecido abusos». «En el caso negativo debemos buscar las causas de los trastornos que han llevado al menor a afirmar que ha sufrido vejaciones», afirma.

Pero la labor de la Unidad no concluye con un simple diagnóstico.Una vez se realizan los informes pertinentes, la Unidad pone en conocimiento del caso a la Direcció General d'Atenció a la Infància i a la Adolescencia así como a la Fiscalía de Menores.De ahí se desprende un proceso judicial en el que el médico encargado de los casos, en esta Unidad el Dr. Luís Comas, queda vinculado para declarar en los juicios donde deba presentar sus informes médicos.

Los datos del servicio asistencial no deja lugar a duda de las víctimas mayoritarias en este tipo de abusos. «Según nuestra estadística un 85% de los pacientes que tenemos son niñas con dos picos de edad muy significativos. El primero de ellos lo forman las menores de tres a seis años y a continuación las adolescentes o preadolescentes» afirma Pou. Por su parte, Cristina Macías añade que existe «un menor índice de abuso entre los nueve y los once años». «La razón puede deberse a que el menor se encuentra en un momento de pleno desarrollo corporal, un hecho que puede provocar cierta confusión en el abusador». El Dr. Comas confirma su hipótesis: «existen dos tipos de abusadores, uno al que le gustan los niños con cuerpo de niño y otros que prefieren acceder a niños con cuerpo de adulto».

Aunque esta afirmación se trata de una sospecha ya que no existen estudios fidedignos sobre el perfil del abusador de menores, el Dr. Comas señala que la posible razón de que el violador abuse de preadolescentes es «por la propia dificultad del individuo de acceder a la sexualidad con personas de su misma edad y a las que, obviamente, no puede dominar como lo haría con un niño».

Desgraciadamente, existen agresores «en todas las escalas sociales, edades y niveles intelectuales» continúa el Dr. Pou. «La mayoría de veces se trata de un varón, un familiar o amigo muy cercano al núcleo emocional de la víctima. Rara vez ocurre de forma esporádica o con personas desconocidas. Según las cifras de nuestro hospital, un 85% de los abusadores son padres, padrastros, abuelos o tíos», afirma el coordinador de la Unidad. Este hecho provoca en la gran mayoría de los casos, una desestabilización total de la familia. Las entrevistas con los asistentes sociales no dejan lugar a dudas. «Muchos padres reaccionan de forma anómala. En el caso de que no crean al menor ni siquiera consultan y si lo hacen, lo niegan en rotundo», afirma Macías. Uno de los últimos casos presentado en Trabajo Social respondía a un posible abuso sexual por parte del abuelo de la víctima. Su mujer y su hija, continúa Macías, «eran capaces de poner la mano en el fuego por el presunto agresor. No podían creer lo que la niña había confesado a sus profesores».

Sin embargo y a pesar de las dificultades presentes en muchos casos, la labor del equipo de la UFAM es indiscutible. Creado en 1992 con el objetivo de ayudar a los menores, siempre desde un punto de vista asistencial, este servicio se ha convertido en un ejemplo a seguir para otras unidades que se han puesto en marcha en otros hospitales de España.

Asimismo, la UFAM trabaja codo con codo con la Consellería de Salut en la revisión de los protocolos y marcos de actuación en casos de abusos sexuales y maltratos a menores en Cataluña.Un inminente proyecto a desarrollar y que está en vías de constitución es el Registro Unico de Malos Tratos (RUMI). A través de este sistema se podrán plasmar todas las situaciones de maltrato al menor de una forma unificada. De este modo, cualquier profesional de sanidad podrá detectar, registrar y notificar su caso a los servicios sociales pertinentes.


MÉTODOS DE CONDUCTA ANTE UNA POSIBLE VEJACION SEXUAL

MODO DE ACTUACION

Propiciar la confianza. Se debe animar al niño a que cuente lo que realmente le ocurre.

Creer al niño. No hay que cuestionar la veracidad de los hechos pero sí hacer que se sienta orgulloso de contarlos.

Expresarle afecto. El menor debe sentirse seguro y querido, sobre todo en ante una situación traumática de este tipo.

Acudir a las autoridades. Hay que informar a los servicios sociales pertinentes parar realizar un diagnóstico a la víctima.

LO QUE NO HAY QUE HACER

Culpar al niño. No se debe reñir o castigar al menor por lo ocurrido.Puede sentirse culpable de ello.

Negar que ha ocurrido. No cuestionar lo que cuente con frases del tipo «No te lo estarás inventando...» o «¿Estás seguro?».

Provocar angustia. Nunca debe expresarse alarma o enfado ante la confesión del menor. El miedo puede provocar su silencio.

Modificar la conducta. El trato con el niño no puede cambiar.Debe mantenerse el mismo contacto físico y emocional.

DESCUBRIR AL AGRESOR

Varones. Casi el 90% de los agresores sexuales son hombres.

'Status'. Se trata de varones de todas las clases sociales y niveles intelectuales.

Precoces. Casi la mitad de los violadores tienen su primer comportamiento de abuso antes de los 16 años.

Reincidentes. No actúan sólo una vez y suelen agredir al menor en núcleos urbanos.

Carácter. En su mayoría son agresivos, retraídos y sensibles.

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