El hombre eternamente tranquilo también pierde los nervios. Esta temporada no para de dar muestras de ello. Ayer, fue el juego de su equipo y la remontada periquita tras el empate de Saviola, con el gol de Tamudo, lo que hizo que Frank Rijkaard acabara mostrando su lado más visceral. Y el que acabó pagando el pato esta vez fue el banquillo. El técnico azulgrana pagó su frustración tras el 2-1 con un espectacular puñetazo al lateral del banco que terminó partiendo una de sus coberturas.
Más tarde, consumada la derrota, en la sala de prensa y recobrando otra vez su flema casi británica, Rijkaard se excusó asegurando que no se había dado cuenta de que había una cubierta. «No he visto que había un plástico. Pensaba que no había nada y he calculado mal. Todo ha sido por la frustración, porque queríamos cumplir con nuestro trabajo, ganar el partido, y no ha sido así», trató de explicarse el entrenador azulgrana.
El técnico barcelonista admitió que a sus jugadores les faltó la misma agresividad del Espanyol, aunque justificó su comportamiento.«Nuestro estilo de juego es otro, nuestra fuerza está en tener el balón, no perderlo, construir y estar siempre en campo contrario.No puedo pedirles la misma actitud que ha tenido el Espanyol.Tras el 1-0, faltó organización. Hemos querido ganar, pero no hemos podido», esgrimió Rijkaard. El técnico no quiso cargar contra las escasas prestaciones de su defensa. «Cuando hay pocas coberturas, es fácil señalar con el dedo a los últimos hombres.Y ellos no siempre son los culpables», aseveró el entrenador.
Como en todas las derrotas, el holandés recordó que esté resultado «debe ser un toque de atención para todos» e instó a mirar hacia adelante. «También he visto a grandes equipos caer aquí», agregó tal vez en referencia a la derrota del Sevilla, un rival que podría acomodarse esta tarde en la cabeza de la clasificación si derrota esta tarde al Mallorca en el Sánchez Pizjuán. «No es el fin del mundo», terció el entrenador azulgrana.
Saviola, por su parte, admitía que faltó «concentración» y «agresividad» tras el empate. «Ellos la han tenido y por eso se han llevado el partido», apuntó el argentino, quien negó que haya alcanzado ya algún preacuerdo con cualquier club a pesar de que acaba contrato el 30 de junio: «Cuando acabe la temporada, veremos. El presente es el Barça». Iniesta, por su parte, acabó el encuentro con un leve esguince de tobillo, aunque hoy se le realizarán más pruebas para confirmar el alcance de su lesión./ A. G.
|