LUIS OZ
Sonrojo, vergüenza, lástima, bochorno, tristeza, dislate, surrealista, incomprensible, inaceptable, lamentable, sarcástico... Da igual el periodista o el programa de radio que uno eligiera esta semana. Los sustantivos y adjetivos utilizados para describir las divisiones políticas sobre las manifestaciones de ayer fueron muy parecidos.
Las mismas palabras, sin embargo, tienen significados completamente distintos según qué emisora y, sobre todo, quién las utilice. En la Ser se utilizaron para presentar a un Gobierno beatífico, acosado por las huestes ultramontanas de un PP que, según el diario de las 14.30 del viernes, sería derrotado «500 contra 2» en la manifestación de Madrid.
En Intereconomía presentaron a un Gobierno tramposo, sectario, sin brújula, dirigido por un presidente empeñado, a pesar del atentado del día 30 en la T-4 de Barajas, en mantener el diálogo con ETA. Entre esas dos posiciones, con muchos matices pero más cerca de la segunda que de la primera, se colocaron los profesionales y tertulianos más conocidos de las emisoras de la COPE, Radio 1, Onda Cero y Punto Radio.
«Las reacciones del presidente del Gobierno tras el último atentado de ETA producen sonrojo», decía Félix Madero el martes en Punto Radio. «Esta división sólo beneficia a los terroristas», señalaba el viernes Javier Fernández Arribas. «¿Qué diablos hace doña Rosa Regás leyendo el manifiesto?», se preguntaba Fernando Jáuregui. «Entre sus principales virtudes no está el talante unitario».
Fermín Bocos, que en un mano a mano con José Blanco la semana pasada puso al dirigente socialista contra las cuerdas, se declaraba descorazonado por el espectáculo.
«Teniendo en cuenta que a los terroristas les traen sin cuidado las manifestaciones y que éstas dividen a los demócratas, ¿no habría sido mucho mejor olvidarse de ellas?», se preguntaba el jueves Bocos en Radio 1. «No habría pasado nada si el presidente hubiera aceptado una adenda [en la reunión de presidentes autonómicos del jueves en el Senado] como le pidió el PP».
«Es uno de los momentos más graves de la Historia de España», afirmaba Carlos Alsina el miércoles por la noche en Onda Cero. «No sólo ha conseguido ETA dividir a los dos grandes partidos, sino también a los partidos internamente».
Remontándose al año 134 antes de Cristo y a Publio Cornelio Escipión Emiliano, César Vidal resumía en la COPE en tres puntos el comunicado de ETA: el Gobierno adquirió compromisos con la banda terrorista que ahora niega, para ETA el alto el fuego sigue vigente a pesar de las bombas y el Gobierno se encuentra ante la alternativa de capitular o sufrir más atentados.
«No ha habido ni una novedad en el ultimátum, pero es lamentable que ETA tenga en sus manos al Gobierno de España», concluyó.
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