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| Si no estamos en paz con nosotros mismos, no podemos guiar a otros en la búsqueda de la paz (Confucio) |
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| LA FRASE (50) |
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| "Hay dos medios de poner fin a una contienda, la negociación y la fuerza, el primero es propio de los hombres y el segundo de las bestias. Habrá que recurrir a este último cuando no sea posible el primero" |
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| CICERON / Clásico |
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JOSÉ ANTONIO MARINA / Filósofo
Cicerón olvida una tercera vía. La fuerza justa, regulada por el derecho, que es propia de los demócratas. Vivimos días confusos. El gobierno ha hecho bien en intentar resolver, una vez más, el problema del terrorismo -no hay problema vasco, el terrorismo es el único problema- mediante el diálogo. Pero el diálogo es, al menos, cosa de dos. No se puede utilizar la palabra para comunicarse con alguien que utiliza bombas. El Estado de derecho no necesita legitimación suplementaria, porque con su respeto a los derechos le basta, pero la generosidad refuerza aún más su legitimidad. Por eso, el fracaso de las conversaciones no debilita las instituciones democráticas, sino que debería desacreditar más aún a ETA. Los terribles sucesos de estos días deben servirnos para reafirmar nuestra absoluta confianza en la fuerza de la democracia. ETA ha engañado a mucha gente utilizando fraudulentamente las palabras «diálogo» y «negociación». Las ha pervertido y dejado casi inservibles. Pues bien, es preciso que los demócratas las reivindiquemos y ganemos la batalla del lenguaje. La democracia es la única estructura política intrínsecamente dialogante. El terrorismo es un monólogo feroz, es una manifestación de autismo político, cerrada sobre sí misma, autoalimentándose con una ideología blindada. No ha dejado a la democracia española otra opción que la tercera vía: la fuerza al servicio del derecho.
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