SI, lean por qué. Y si un cisne es un peligro, algo grave sucede en el ambiente. Porque cuando Zeus quería hacer una conquista de amor, se transformaba en cisne. Para comparar a Grace Kelly con un animal bello, se hablaba de ella como el cisne blanco. Tiii-roriire-tiii-roriiro...Tchaikoski compuso El Lago de los Cisnes para que los bailarines flotaran como ángeles. Pues los cisnes, debido al cambio climático, se han convertido en animales peligrosos en Gran Bretaña, al multiplicarse y comer la flora y la fauna que hollan con sus zancas y devoran con sus picos de pala. ¿Cuántas veces comentó esta semana ¡qué tiempo hace, como si estuviéramos en primavera!? Y es que las temperaturas se disparan: Madrid, 5 grados por encima de la media normal; 6 en Londres, Tokyo, Sydney, Pekín, Bangkok; 9,5 arriba en París, 3 en Nueva York, 16 en Moscú, 13 en Berlín, 7 en Roma, 4 en Nueva Delhi... Es la huella del ser humano, no la del cisne. «Los humanos conductualmente modernos llevamos por aquí sólo un 0,0001%, más o menos, de la historia de la Tierra», escribe Bill Bryson en Una breve historia de casi todo, recién aparecido en España. Si transformáramos los 4.500 millones de años de la Tierra en un día, esto marcaría el reloj: la vida comenzó pronto, sobre las 4 de la madrugada, con la aparición de organismos unicelulares; hasta las 20.30 no pasa nada; entonces surgen las primeras plantas marinas; 20 minutos más tarde nacen las medusas; hasta las 22.00 horas no brotan las primeras plantas en tierra firme; a las 23, llegan los dinosaurios, los amos durante tres cuartos de hora... Nuestros ancestros más remotos aparecen un minuto y 17 segundos antes de medianoche. ¡Cómo nos ha cundido en la destrucción!

¿MEJOR, AUTODESTRUCCION?

SI, porque la vida en la Tierra continuará. Ahora, ¿tenemos derecho a escribir el destino final de nuestros descendientes como si fueramos dioses del apocalipsis? ¿Qué hacer, además de no comprar contaminantes cochazos, poner menos aire acondicionado, llenar el lavavajillas, apagar luces en casa, hacer menos viajes superfluos en avión...? Es decir, cambiar de vida por un estilo que sentimos aburrido. «España será un desierto a mediados de siglo», reza un titular. «El cambio climático mató a civilizaciones como la china y la maya», anuncia otro. «Mosquitos traen a Europa enfermedades tropicales», encamados con las altas temperaturas, señala otro titular. ¿Cuál es el plan previsto? La energía nuclear. Un informe publicado en Nature, revista científica de gran prestigio, demuestra que los materiales usados en el almacenamiento de material radiactivo se deterioran en sólo 1.400 años cuando, para evitar fugas lesivas, deberían durar 241.000 años. Verdad o casi verdad, antes de meternos de cabeza en el reactor, se debería reflexionar, por más que miles de millones de euros pululen en el negocio como isótopos de plutonio. Si yo mandara algo, crearía un cuerpo de cobrador del frac ecológico, para poner en vergüenza a grandes y pequeños hacedores de contaminación.

¿INTERESA EL LAPSUS?

SI, el lapsus de Zapatero al hablar del atentado terrorista de la T-4 como «accidente mortal». Lo machacamos por esto, con freudianas razones, cuando, un lapsus, un deslizamiento/caída (de lapsus en latín) lo tiene cualquiera si habla mucho. Estamos en la guerra de la palabra (que si un lapsus, que si falta una palabra en la pancarta...) cuando el objetivo sería el exterminio del terrorismo desde la unidad democrática. El problema de ZP no es si tiene lapsus; es que cada día parece más una castaña leonesa de Prada a tope: dulce, tierna, frágil, sabrosa, pero, en la versión ZP, con un hervor de menos. Si el presi sigue así no será Bambi, ni de carne ni de acero, será simplemente una buena castaña leonesa.

¿LA FRASE DE LA SEMANA?

SI. No es de ningún filósofo de moda o periodista súbitamente lúcido. «He trabajado mucho para llegar a vago» (Antonio Ozores, denostado actor y productor del destete nacional de los setenta).

¿OSAMA, PELICULA REVELADORA?

SI, tal vez la vio en el cine o en La 2, el miércoles. Cuando la niña afgana, que se hace pasar por un niño, cae finalmente en manos de un viejo mulá verde, que tiene a sus mujeres encerradas en habitaciones, con sus hijos respectivos, y en cuya casa sólo las gallinas se mueven en libertad, pues antes de hacer suya a la pequeña (ya mujer), le pide que elija un candado. Como ella, hundida, no se pronuncia, le regala el más grande. ¿Es esta la civilización de integristas con la que tenemos que entendernos?

¿LA MUERTE Y EL AMOR...?

SI, indisociablemente unidos, como en el tema de portada, como en la estadística de reducción de donantes de órganos al descender el número de muertes en carretera... ¿El amor? ¿Sabían que, según un estudio científico, las mujeres casadas con hombres cuyo material genético se parece al de ellas inevitablemente acaban engañándolos? Porque ellas necesitan un opuesto apuesto para no aburrirse. Caprichos genéticos. miguel.a.mellado@elmundo.es