Desde que el cantante vendiera su jet anterior, un modelo de Gulfstream, ha estado viajando en aviones alquilados tipo Falcon a la espera de que terminaran este preciado juguete hecho a su medida. Y es que han tardado meses en acondicionar a su antojo el interior del aparato,en tonos beige, un color elegante y que transmite serenidad y buen gusto y en el que Julio ha hecho otras modificaciones de estética y diseño.

Estos caprichos personales, como la pequeña bodega para que viajen a la temperatura adecuada los vinos favoritos del artista, han hecho subir el precio del aparato hasta 45 millones de dólares.

Pero quizá sus prestaciones explican el altísimo coste del avión, capaz de volar 11.130 kilómetros sin escalas , es decir ir de la mansión de Julio Iglesias en República Dominicana, a la que tiene en Ojén, cerca de Málaga, de un tirón. O viajar de Nueva York a Tokio con sólo una escala técnica para repostar.

Es el avión más moderno, rápido, con tecnología más sofisticada y con más autonomía del mundo. Sin embargo su mantenimiento es también altamente costoso. Julio deberá pagar a dos pilotos en cada viaje y a un suplente. Pero a estas alturas de su vida, el cantante quiere disfrutar de los placeres de la vida, incluso de los más sencillos. El pasado 31 de diciembre, el avión de Air Europa que volaba de Madrid a Punta Cana, llevaba una vez más, por encargo de Julio, pan español, patatas, frutas y otros productos de la huerta del artista en Ojén. Para una despedida de año con sabor español.